Han pasado ya varios meses desde que se jugó el último Superbowl tras el cual nos adentramos en una travesía sin football que por suerte para nosotros cada año está más amenizada gracias a que la NFL se encarga de transformar momentos como la Combine y el Draft en los eventos del año.

Ya quedan menos de 100 días para el kickoff inicial, el cual enfrentará a Panthers y Broncos en una reedición del Supertazón. Los equipos han comenzado sus entrenamientos y los staffs están en el proceso de definir el que será el roster final de sus plantillas. Sin embargo, en este próximo curso que se avecina no podremos disfrutar de algunas de las mayores estrellas que han marcado la competición durante los últimos años. A continuación repasaremos de quien se trata e intentaremos analizar brevemente como afecta el vacío que dejan en sus equipos.

HEATH MILLER

Gene J. Puskar / Associated Press
Gene J. Puskar / Associated Press

Posiblemente la retirada de la que menos se habla pero no por ello menos importante. Miller ha sido el tight end de los Pittsburgh Steelers, con los que ha conseguido dos anillos, durante las 11 últimas temporadas y su ausencia deja la posición más huérfana de lo que se presupone en un principio. Más allá de sus estadísticas (lidera históricamente a la franquicia en su posición en recepciones, yardas y touchdowns) es su derroche en cada snap el que más va a echar de menos el equipo dirigido por Tomlin. Ha sido uno de los mejores alas-cerradas de la liga en cuanto a bloqueos en jugadas de carrera se refiere y sin lugar a dudas era la vía de escape favorita de Roethlisberger y uno de sus principales objetivos en jugadas decisivas.

Los Steelers se han hecho con los servicios de Ladarius Green, un jugador con un gran talento pero que nunca acabó de explotar en Chargers y que tiende a lesionarse con facilidad. La tarea de hacer olvidar a Miller se hace más que complicada.

JARED ALLEN

Foto: Associated Press
Foto: Associated Press

Uno de los pass rushers más determinantes de la última época. Cuatro han sido los equipos que han tenido la suerte de contar con este gran caza mariscales (Chiefs, Vikings, Bears, Panthers), aunque es con los de Minnesota con los que se encumbró como una referencia de la liga. De hecho, aunque en su último año militó en Carolina con quien estuvo a punto de conseguir ser campeón, el pasado mes de abril los Vikings lo contrataron durante un día de manera que pudiera retirarse con los colores del equipo de su vida. En total han sido 12 campañas en las que en 9 de ellas ha conseguido más de 10 sacks. En total en su carrera 136 capturas y record de la NFL en safeties conseguidos con un total de cuatro.

Como conclusión, un defensive end que ha aterrorizado a las líneas y quarterbacks rivales durante más de una década y además uno de los mayores personajes de la competición, para muestra el video con el que anunció su retirada (video).

CALVIN JOHNSON

Megatrón. Su apodo resume lo que era dentro de un emparrillado. Un receptor capaz de bajar pases desde las mismas vigas del estadio mientras sufría dobles y hasta triples coberturas. Su tremendo físico era envidiable, haciéndole un jugador casi indefendible y un auténtico dolor de muelas para las secundarias rivales. Durante nueve temporadas ha sido una de las grandes figuras en su posición y el único pero que se le puede poner a su carrera es que nunca ha sido capaz junto al equipo en el que ha jugado siempre, los Detroit Lions, de ser un aspirante real al título. Estadísticamente hablando ha sido un devora records, ejemplo de ello son sus 1.964 yardas de recepción que consiguió en 2012, record absoluto.

Foto: Youtube.com
Foto: Youtube.com

La tempranera edad a la que se retira (30 años) hace que sus fans tengan esperanzas de que en algún momento cambie de parecer, lo cual yo tampoco me atrevo a descartar. Por el momento, el vacío que deja en Lions es inmenso. Golden Tate ha sido un gran complemento en el juego aéreo actuando como segundo wide receiver mientras Johnson se llevaba todos los focos. Ahora la pregunta es si será capaz de actuar como arma principal de una forma eficaz. Para ello, contará también con la ayuda del reciente fichaje proveniente de los Bengals, Marvin Jones. A priori la pérdida para el equipo de Motown es enorme ya que el salto de calidad entre Megatrón y estos dos jugadores es tremendo. En unos meses veremos cómo termina la película.

MARSHAWN LYNCH

En la historia de la NFL ya está la carrera que protagonizó Lynch en el partido de Wild Card de 2011 que enfrentó a su equipo, los Seattle Seahawks, al que por aquel entonces era el vigente campeón y favorito para revalidar el título, New Orleans Saints. Un touchdown de 67 yardas en el que dejó atrás a un rival tras otro y que le llevó a ganarse el sobrenombre de Beast Mode.

Rick Stewart/Getty Images North America
Rick Stewart/Getty Images North America

Tras unos primeros años en Buffalo Bills, en los que sus más que decentes números no fueron suficientes para ganarse una continuidad en el equipo debido a su difícil carácter, en 2010 llegó a unos Seahawks en los que ha sido santo y seña del ataque desde aquel entonces. La dinastía de Seattle de los últimos años cierto es que está basada a vista de todos en una excepcional defensa, pero también es una gran verdad que gran parte del éxito reside en un juego dominante de carrera protagonizado por Lynch. El “24” ha corrido para más de 1.000 yardas en todas las temporadas en las que ha militado en el equipo de la Ciudad Esmeralda (a excepción de la última donde se perdió más de la mitad de los partidos por lesión), promediando en estas una escalofriante media de 4,5 yardas por acarreo. Ha actuado como un martillo pilón capaz de atravesar las defensivas más correosas y todo esto teniendo enfrente una de las líneas ofensivas más mediocres de la liga.

Con la retirada del excéntrico jugador se abre una nueva etapa en Seahawks. La incógnita de si pueden encontrar otro corredor de garantías sobrevuela a la franquicia, muestra de ello es la elección de hasta tres running back en el último Draft. Thomas Rawls, un undrafted del año pasado, tuvo buenos mementos cuando estuvo encargado de sustituir a Lynch, pero una grave lesión al final de la campaña impide a Pete Carroll tener un activo seguro en la posición. Todo ellos hace indicar que el ataque puede dar un giro de 180° y que el pase será a partir de ahora la principal arma a emplear. Lo único que está claro es que en Seattle van a echar de menos, y mucho, a Beast Mode.

PEYTON MANNING

Poco o nada se puede contar de este magnífico jugador que no esté dicho o escrito. Uno de los dominadores de la liga durante las 18 campañas que ha formado parte de la NFL. Colts y Broncos han tenido el honor de contar con el mayor de los hermanos Manning, quien les ha brindado con tardes de gloria domingo tras domingo, siendo de hecho el único mariscal de campo en salir campeón con dos equipos distintos. Sin duda, uno de los mejores quarterbacks de la historia (cada uno que elija al suyo) y una de las mitades del mayor debate de este deporte en lo que va de siglo, Peyton o Brady.

Andy Lyons / Getty Images
Andy Lyons / Getty Images

Más allá de su brazo y de los pases telegrafiados quedará para el recuerdo su sabiduría sobre el juego. Nadie ha sabido leer tan bien las defensas como él y su dominio pre-snap sobre estas debería ser objeto de estudio. Ya es legendario su grito Omaha durante los hard counts. Como datos a destacar, sus dos anillos, cinco MVP’s y records de yardas y TD de pase (totales y en una sola temporada).

Peyton se retira por la puerta grande, con su segundo Trofeo Vince Lombardi bajo el brazo a pesar de que su último año fue más bien malo debido al desgaste acumulado por su cuerpo. Por ello, la ausencia que su retirada supone en Broncos no es tan esencial para las aspiraciones de su ex equipo, ya que este basa la efectividad de su juego en la defensa. Ahora bien, con la perdida en la agencia libre del Osweiler, discípulo de Manning durante toda su etapa en Denver, el equipo queda en manos de un poco fiable Mark Sánchez, con el que cualquier cosa puede pasar. Ninguna de ellas buena.

CHARLES WOODSON

El Manning de la defensa. De hecho sus carreras han estado enlazadas desde los inicio de ambos como jugadores. Woodson encarna el defensive back perfecto. Para mí, es el mejor secundario de los últimos 15 años. Dos son los equipos en los que dejó su impronta, Raiders (al principio y al final de su carrera) y Packers. Son innumerables los premios y reconocimientos individuales que atesora a lo largo de su trayectoria. Trofeo Heisman en la universidad (único defensa en conseguirlo), mejor rookie defensivo, mejor jugador defensivo en la temporada 2009, líder en intercepciones (2009, 2011), ocho veces elegido en uno de los dos mejores equipos del año y como colofón un anillo de campeón con los Green Bay Packers en 2010.

Foto: Associated Press
Foto: Associated Press

Woodson destaca en una lectura del ataque como pocos, lo cual le ha permitido mantenerse al más alto nivel durante tantos años. Hay que recordar que en su última campaña, la cual disputó con la edad 39 años, fue uno de los mejores profundos de la liga. Ha conseguido que pareciera que estaba tocado con la varita del elixir de la juventud siendo capaz de reinventarse con el paso del tiempo, pasando de jugar de esquinero a safety. En definitiva, un lujo de jugador y un Hall of Famer unánime. Los Raiders van a echarle en falta no solo dentro del campo sino fuera de él, ya que ha sido siempre un auténtico líder en todos los vestuarios en los que ha militado.

Stéfano Prieto

@stefanokresmar

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