Difícil de catalogar la temporada de los Tennessee Titans. Por un lado han puesto fin a la racha de nueve años sin entrar en playoffs, ganando además el encuentro de Wild Card. Por otro, se han quedado muy lejos de las expectativas que había alrededor de ellos después de los visto en 2016 y de la offseason que llevaron a cabo. Cada uno que se quede con lo que más le acomode. Personalmente me encuentro mucho más próximo a la segunda premisa e incluso podría decir que me siento muy decepcionado con ellos.

Se suponía que esta campaña tenía que ser la de la confirmación de Mariota y por ende del ataque. Pues bien, para mí gusto Mariota ha dado un par de pasos hacia atrás, mostrandose más impreciso que en la temporada pasada y tomando malas decisiones en prácticamente todos los encuentros. Cierto que en otras ocasiones se ha echado el equipo a la espalda, más por garra que por nivel de juego, y que ha tenido jugadas muy meritorias que a la postre han supuesto victorias, pero también es verdad que no ha sido capaz de dirigir una ofensiva sostenida en la que contaba con un enorme arsenal de armas de todo tipo a su alrededor.

Davis en uno de sus dos TDs en el partido divisional, vía MLive

No obstante, voy a ser venévolo con Mariota y le daré el benficio de la duda por lo menos hasta la próxima temporada debido a que es muy posible que gran parte de culpa en su retroceso se deba a la ayuda que ha recibido desde la banda. O más bien dicho a la no ayuda, ya que la labor de Mike Mularkey ha dejado mucho que desear. Mularkey se ha mostrado sobrepasado en multitud de ocasiones y lo peor de todo es que en ningún momento ha sabido a qué quería jugar.

Si algo había claro en este equipo es que estaba diseñado para aplastar por tierra y salvo en un par de ocasiones contadas, el daño que han hecho en el rival mediante esta vía ha sido menor. El Exotic Smashmouth del que presumían meses atrás se ha quedado a mitad de camino. Mucho tiene que ver la cabezonería de Mularkey para darle el protagonismo en el juego terrestre a DeMarco Murray, dando la espalda a un Derrick Henry que cuando era él quien ocupaba el backfield el ataque funcionaba mucho mejor. Cosa de galones será, no lo se, pero para desgracia del coach sus vergüenzas quedaron al descubierto el día en que el veterano running back se lesionó, dandole la oportunidad a Henry de demostrar que Mularkey estaba equivocado. Dicho y hecho.

Otro de los grandes fallos del staff técnico ha sido la infrautilización de Corey Davis, receptor elgido en el número cinco global del último draft y que apenas ha visto acción en el ataque de Tennessee. Davis llegaba para ser el gran aliado de Mariota en el juego aéreo y no ha sido hasta el sábado pasado en la derrota frente a New Englando cuando hemos visto de los que es capaz este magnífico wide receiver.

Byard en una de sus intercepciones de la temporada, vía SB Nation

El caso de la defensa es más especial ya que para mi gusto si que está exenta de talento en varias posiciones importantes. Aún así, ha rendido por encima de lo que yo esperaba bajo el mando del eterno Dick LeBeau y hay varios detalles que podemos rescatar. El juego contra la carrera ha funcionado de manera notable y la secundaria ha sido más que decente, en la cual ha destacado por encima de todos Kevin Byard, safety de segundo año cuya progresión nos da a entender que puede ser uno de los grandes nombres en esta posicion durante las próximas temporadas. En offseason deben centar sus esfuerzos en conseguir algo de pass rush exterior ya que no pueden vivir eternamente de las zone blitz de LeBeau y de cara al 2017 deben trabajar en la evolución de Adoree Jackson, quien a pesar de dar la cara me sigue pareciendo demasiado caro el precio que pagaron por él en la última selección colegial.

Resulta complicado catalogar como negativo el rendimiento de un conjunto que no solo ha llegado a playoffs sino que ha ganado en primera ronda. Repito que para mi ha sido muy desilusionante lo que he visto de Titans pero quiero ser optimista y pensar que, a pesar del juego rácano que han mostrado y de contar con un staff bastante ineficiente, han jugado en enero y que a partir de aquí todo lo que pueda venir en el futuro será para mejor.

Está por ver quien será el proximo entrenador en jefe, son varios lo nombres que están sonando pero recién el front office va a comenzar con el carrusel de entrevistas. No suele ser lo habitual pero para mi gusto la gerencia ha acertado de lleno en romper vinculos con Mularkey a pesar de los “buenos” resultados obtenidos. Lo que no se le puede negar es que por lo menos la franquicia ha subido varios escalones desde hace 3-4 años hasta el presente, al menos la ha puesto en una nueva esfera y ya es un equipo a tener en cuenta dentro de la conferncia. Ahora el que llegue tendrá que rematar el trabajo, empezando por afianzar a Mariota como un gran quarterback y terminando por colocar a los Titans en el escalón de los más fuertes.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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