No os lo voy a negar, a mí también me cae mal Cameron Newton. La chulería y extravagancia con la que se muestra tanto dentro como fuera del campo, las celebraciones desmedidas, sus salidas de tono en rueda de prensa…en fin, no se puede decir que sea de esos jugadores que cae en gracia al aficionado general, al fan que no es de los propios Carolina Panthers. Cam se ha ganado él solito las antipatías del respetable y que sea analizado con lupa cualquiera de sus movimientos.

Ahora bien, si tenemos que hablar de lo que es Newton como jugador yo por lo menos no tengo ninguna duda, es un fuera de serie. El que sea un excéntrico o un bocachanclas nada tiene que ver con que sea un excelente quarterback, las cosas como son. A día de hoy y dejando de lado el triunvirato de Rodgers, Brady y Brees, Cam Newton me parece que es uno de los QBs que se sitúa claramente en el siguiente escalón. Ya cada uno que haga y ordene sus rankings como quiera, eso es cuestión de gustos, pero creo que es necesario reconocer la grandeza del jugador de Carolina más allá de las filias y fobias que produzcan su persona.

Muy probablemente Newton llegue hasta donde lo haga su físico. No se trata de un pocket passer al uso, todos conocemos su inconsistencia en la precisión de los pases y el tan comentado porcentaje “under 60” a la hora de completar los lanzamientos. Todo esto está muy bien, no se puede esconder, pero también hay que dejar claro que lo que Newton produce por tierra tranquilamente compensa esa carencia como pasador. Newton es el mayor exponente nunca visto del llamado quarterback dual-threat y hasta que el físico le respete, a día de hoy es una fuerza de la naturaleza, es uno de los pocos jugadores que condiciona una defensa con su simple presencia.

Newton y McCaffery celebrando un TD, vía Stanfor Athletics

Este 2017 Newton ha completado un temporadón. Es cierto que ha tenido algún que otro partido muy gris, ha mezclado actuaciones memorables con otras un tanto erráticas, pero debemos poner todo en contexto. El ataque de Panthers ha sido prácticamente indescifrable, da la sensación que ni ellos mismos sabían a qué querían jugar durante algunas fases de la Regular Season y me voy con la idea que de alguna forma han ido improvisando según avanzaban las semanas, o más bien, no es que hayan improvisado, sino que han sucumbido a lo evidente y han dejado hacer a Newton. No debemos olvidar que el quarterback empezó el año renqueante, llegó sin rodaje alguno de la lesión que venía arrastrando en su hombro derecho, lo cual acentúo un poco más si cabe sus problemas de precisión durante los primeros encuentros. También debemos tener en cuenta que su línea ofensiva aun continúa cogida con alfileres y que el cuerpo de receptores compite con todas las de la ley por ser considerado como el más pobre de toda la liga. Aun con todo esto Cam ha sido capaz de meter a su equipo en playoffs con un gran récord y luchar hasta el último segundo por dar la sorpresa y llevarse la victoria en el Superdome de New Orleans durante la ronda de Wild Cards. Admirable.

En Carolina deben irse de vacaciones con muy buen sabor de boca más allá de que a muchos de sus seguidores les chirríe la reciente renovación de Ron Rivera, su head coach. En la franquicia abogan por la continuidad y al fin y al cabo a Rivera le avalan sus resultados. Es posible que al entrenador le salve jugar con el paracaídas que supone Newton y en menor medida Luke Kuechly, pero al fin y al cabo y como en todo deporte lo que mandan son los resultados y mientras los Panthers estén jugando en enero de manera regular y se mantengan como un posible aspirante dudo que desde arriba vayan a cambiar de rumbo.

Esta campaña hemos visto notas positivas como por ejemplo la irrupción de Christian McCaffrey. El running back rookie ha ido de menos a más y aunque no fue muy utilizado a principio de temporada ha terminado batiendo varios records de la franquicia. Creo que su 2017 ha sido un viso de lo que puede llegar a ser y por mi parte tengo claro que será durante mucho tiempo uno de los mejores playmakers de la competición.

Peppers tras el partido del domingo, vía Panthers

En defensa Carolina no ha sido ese grupo dominante de la temporada que jugaron la Superbowl pero también hemos visto cosas interesantes. La secundaria se va afirmando después de la renovación que sufrió en 2016, el centro de la línea defensiva sigue siendo durísima y contar con Kuechly es jugar con ventaja. Mientras el linebacker sea capaz de mantenerse sano y alejado de las peligrosas conmociones que están siendo un dolor de cabeza durante su carrera, nunca mejor dicho, va a ser muy difícil que esta defensiva no de la talla.

Los Panthers y su front office tienen ante sí unos meses para reafirmar un equipo que tiene al alcance de las manos estar en el grupo de los más fuertes de la Conferencia Nacional. Tienen que saber hilar fino y si dan en el clavo a la hora de realizar las contrataciones, ya sea vía agencia libre o vía draft, pueden dar mucho miedo en 2018. Un wide receiver de calidad, un liniero ofensivo que termine de afianzar la unidad, un edge rusher que le dé el relevo al eterno Julius Peppers y un safety que termine de apuntar la secundaria deben ser las prioridades. No están a tanta distancia de ser un conjunto grande.

Eso sí, la franquicia está en venta y en busca de un nuevo propietario lo que podría provocar distracciones en la parcela deportiva. Este no es un tema menor ya que de centrarse en él y olvidarse en cierta manera de las necesidades que tiene la plantilla podrían retrasar un año el crecimiento de un conjunto que está a muy poco de ser muy pero muy bueno. Deben ser inteligentes y no dejar pasar la oportunidad de que Newton está en su plenitud deportiva y por lo tanto deben rodearle de la mejor forma posible y darle las armas necesarias para que puedan conseguir tanto la franquicia como el jugador su primer anillo de campeón.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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