Un año más los Pittsburgh Steelers parten como uno de los cocos de la Conferencia Americana, siendo grandes favoritos dentro de una AFC Norte que a simple vista parece venida a menos después de una época en la que el campeón de la división podía ser cualquiera (excepto Cleveland). Sin embargo, la sensación que dejaron en el último encuentro de la temporada 2016 fue que están muy lejos de amenazar el imperio Patriota, sensación que no ha hecho más que acentuarse después de los movimientos que han tenido unos y otros durante la offseason.

Mike Tomlin ha firmado una extensión del contrato recientemente, muestra de la confianza que tienen en él dentro de una franquicia muy estable y que tiene como una de sus mayores señas de identidad la continuidad de sus entrenadores. Pero para la exigente afición acerera parece ser que las siete visitas a playoffs en los diez años que lleva Tomlin al frente del equipo no son suficientes. Cada vez son más los que claman por un cambio en la dirección cansados de que cada temporada sea un sí pero no.

Mike Tomlin, vía BR

No voy a negar que hasta hace bien poquito yo he sido el primero que ha estado del lado de Tomlin, pero cuando se repite una vez tras otra la misma historia hay que empezar a buscar culpables, y si atendemos a que la plantilla de los Steelers no hace más que mejorar cada verano, se hace muy difícil mirar para otro lado que no sea a la banda. Parece cada vez más claro que el joven entrenador puede ser un buen gestor del vestuario, incluso un motivador increíble, pero lo que es la preparación de los partidos o los ajustes dentro de los mismos son aspectos básicos que no están dentro de sus cualidades.

Además, a ello une una arrogancia que cada vez tolero menos, y el último ejemplo lo estamos teniendo ahora mismo durante el training camp que está llevando a cabo el equipo. No sé si será decisión suya o una instrucción desde arriba, pero querer hacernos vender que el hold out de Le’Veon Bell no le importa hace que se me caigan las lágrimas de las risa que me provoca. Está muy bien que quieras aparentar calma y hacer ver que tienes bien agarrado el mazo en las negociaciones, incluso que estés contentísimo con tu corredor novato, pero de ahí a obviar el hecho de que se esté creando un conflicto de tres parece narices con el mejor corredor de toda la puñetera liga me cabrea, y mucho.

Bell va a regresar, de hecho parece ser que ya ha puesto como fecha para su regreso el día 1 de septiembre, día en el que tendrán lugar los últimos partidos de pretemporada y a una semana del kickoff inicial. Volverá y si las lesiones le respetan lo hará a lo grande, arrasando un año más, la calidad que tiene no se pierde de un día para otro por perderte unos entrenamientos y la compenetración con una OL con la que se entiende a las mil maravillas tampoco se verá gravemente afectada, pero los Steelers se están metiendo en un serio problema. No me extrañaría para nada que Bell terminase cediendo y firmando el contrato de jugador franquicia, y una vez terminada la temporada hiciera las maletas y buscara acomodo en otro lugar donde sí le ofrezcan el contrato que busca, y amigos, ya os anticipo que novias no le van a faltar.

Bell y Bronw, vía CBS Sports

Puestos al día los asuntos de despacho, centrémonos en el football de verdad y pasemos a ver en qué condiciones se encuentra el roster. Ya que hemos hablado de Bell, partamos con el ataque. Respecto al backfield poco hay que decir, Le’Veon es una bestia, algo muy especial y una delicia de running back. Siempre le perseguirá su facilidad para lesionarse y su carácter algo conflictivo, pero ya ha quedado totalmente demostrado que si el físico se lo permite y si él se centra en el juego no hay nadie que lo detenga. Por detrás este año va a tener a James Conner, elegido en tercera ronda y un auténtico ídolo en la ciudad por haber superado un cáncer linfático mientras jugaba para la propia Universidad de Pittsburgh.

En la posición de receptor ocurren tres cuartas partes de lo mismo. Para deleite del seguidor de Steelers cuentan con Antonio Brown, quien también está en la discusión no solo de ser el mejor WR de la actualidad, sino uno de los más determinantes de la última década. Es capaz de levantar la unidad por sí solo como ya demostrara en 2016 y a esto se une su gran capacidad para crear peligro en los retornos de punt. La buena noticia es que parece que este año va a tener compañía, por lo que las defensas tendrán que pensárselo dos veces a la hora de enviar hacia él coberturas múltiples. Vuelve de su suspensión Martavis Bryant, que por talento sería el receptor número uno en la mayoría de equipos, y el staff ya se está frotando las manos con el hecho de contar con ambos jugadores desde el inicio. No termina aquí la cosa ya que con su segundo pick de 2017 han elegido a JuJu Smith-Schuster, un genial wide receiver de posesión que viene a suplir las carencias que tienen en el tight end. Siguen también Sammie Coates y Eli Rogers, para completar así el que con casi toda seguridad sea el mejor grupo de receptores de toda la NFL.

Como he comentado la posición de ala cerrada anda algo escasa y aunque Jesse James hace un trabajo gris y efectivo parece no ser suficiente. Por ello han tradeado hace escasamente unas horas por el ex de San Francisco Vance McDonald, algo carente de talento a la hora de salir como receptor pero un más que fiable bloqueador. Este ayudará a una línea ofensiva que ya de por sí es buenísima. Tienen como punto a favor que llevan tiempo jugando uno al lado del otro y ya demostraron el año pasado que aunque no están a la altura de la increíble OL de Dallas poco les falta. Destacan David DeCastro y Maurkice Pouncey, pero Marcus Gilbert, Ramon Foster y Alejandro Villanueva no les van a la zaga.

Big Ben, vía Pinterest

Falta por hablar de la tercera pata de la triple B del ataque acerero que destroza rivales, pero es precisamente de la que más desconfío dentro de toda la ofensiva. Ben Roethlisberger llega a su decimoquinta temporada al frente de los Steelers más cascado que nunca, y ya avisó al término del 2016 que su retirada va acercándose. Pocas son las ocasiones en las que no se pierde algún encuentro por lesión o en las que llega muy tocado a enero, y más allá de lo que puedan decir sus números (recordemos que tiene a Bell y Brown para ayudarle) no tuvo un buena campaña, o por lo menos esas fueron mis sensaciones. Vi un bajón evidente en su juego y aunque con esto no quiero decir que no vaya a recuperar su nivel en 2017, genera cierta incertidumbre. Sé que para la mayoría de sus seguidores es intocable, más teniendo en cuenta lo que hay por detrás, pero creo no equivocarme cuando digo que ya va en retroceso. Por ello, y aunque ese sería tema para la próxima offseason, los Steelers deberían preocuparse en encontrar cuanto antes su sustituto.

En la defensa tenemos también más de lo mismo respecto al año pasado. Un front seven potente pero no dominante y una secundaría que continúa estando cogida con pinzas. La mayor atracción se va a centrar en lo que puede dar de sí el hermano menor del mejor jugador defensivo de la liga. Se trata del outside linebacker T.J.Watt, elección de primera ronda en el último draft y llamado a ser el sustituto del eterno James Harrison.

El front seven cuenta con jugadores de gran nivel en varias posiciones o por lo menos de un gran talento que no terminan de desarrollar, algo que se antoja imprescindible si quieren ayudar a la secundaria. En la línea defensiva destacan Cameron Heyward y Stephon Tuitt, que si bien son buenos jugadores ninguno de ellos cumple con el patrón de defensive line interior dominante que tanto gusta a día de hoy en la liga. El pass rush estará por enésimo año a cargo del ya nombrado Harrison, al que en algún momento se le tiene que acabar el fuelle, momento en el que aparecerá Watt con más fuerza. También cuentan en este apartado con Bud Dupree, quien debe confirmar la buena impresión que dejo a final de 2016.

Harrison, vía BR

El centro de los linebackers estará ocupado por el que para mí es el mejor jugador de la defensa, Ryan Shazier, pero lo estará estando muy solo ya que no encuentro ningún otro LB en el roster del que pueda fiarme. Parece que parte con ventaja Vince Williams pero a buen seguro los Steelers se decantarán por el uso de muchos paquetes nickel y dime con el que dejarán solo a Shazier en la zona intermedia, ayudado por algún cornerback o safety.

Justamente es esta última posición de la que más interrogantes se desprenden. Sean Davis no demostró absolutamente nada en su año rookie y Mike Mitchell tampoco otorga muchas garantías como para ser el último jugador de la defensa. En la posición de esquinero, aunque también me deja muchas dudas, tengo la esperanza de que Artie Burns, seleccionado en la primera ronda de 2016, se destape como un cornerback élite. Lo malo es que no contará tampoco con mucha ayuda ya que ni Ross Cockrell ni William Gay dan lugar al optimismo y será un novato, Cameron Sutton, el que probablemente deba dar un paso al frente más pronto que tarde, con los riesgos que ello conlleva.

Otro año más los acereros contarán con una delicatesen de ataque que tendrá que hacer frente a los muchos puntos que reciba la defensa. ¿Les dará para jugar en enero? Con casi total seguridad sí, pero el problema lo tendrán cuando tengan que hacer frente a un equipo que además de avasallar a su defensa sea capaz de frenar a Brown, a Bell o a los dos. La sensación antes del inicio es que se pueden quedar a un paso otra vez, algo que avivará un poco más la llama del descontento general que hay con Tomlin. Fundamental para sus aspiraciones tratar de sacar el mejor record de la AFC y llevar todos los partidos de playoff, incluida una hipotética final de la conferencia, a  Pennsylvania, ya que como tengan que viajar nuevamente a Foxboro los antecedentes no son nada halagueños.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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