Rivalry Week. Y vaya semana. Top entre los tops de la temporada. Palizas considerables, nieve, eternidades, rivalidades (nunca mejor dicho), etc, etc, etc. Rozando casi el final de la temporada regular (solo faltan las finales de conferencia) hemos disfrutado (si has estado pendiente a los lives) de algunos partidos que dejarán huella. No sabemos si durante años, pero al menos si durante los próximos meses. De los cuales, algunos, harán que pensar (y trabajar), a más de un programa “footbolero“.
#6 Oklahoma Sooners at #13 West Virgina Mountaineers
Acción de gracias. Tercer jueves del mes de noviembre. Fecha en la que la mayor parte del deporte americano echa el cierre y descansa. Por eso, el viernes es usado para disfrutar de lo que no se pudo el jueves. Y así ha pasado este año en la FBS. La primera división del College Football ha programado algunas joyas para el día después. Y esta es la primera de ellas. Si bien el duelo en la Big-12 pintaba hace unas semanas como más fátidicio; se quedó en ver si unos (los Sooners) conseguían cerrar con gloria la temporada y los otros podían con el upset. Habrá quien discuta el 2018 de Oklahoma, pero viendo como ha disputado partidos como este pocas cosas negativas se les pueden poner. Sobre todo viendo como transcurrió el duelo de la noche entre dos QBs en busca del Heisman Trophy (Kyler Murray y Will Grier, respectivamente). Porque solo puede salir victorioso uno…
#16 Washington Huskies at #8 Washington State Cougars
¿Os acordáis de cuando de pequeños esperabáis como agua de mayo que nevase? ¿Cuando nevar era sinonimo de navidad? Pues este año esta se ha adelantado en la primera división del College Football estadounidense. Pasara lo que pasase en el derbi de Washington (la conocida como Apple Cup) nos iba a gustar, porque fútbol americano debajo de una nevada como la que cayó en Pullman es precioso. Y si, además, estuvo bastante disputado… pues blanco y en botella: partido top de la semana Y de la temporada, incluso; nosotros lo veríamos cada semana.
#4 Michigan Wolverines at #10 Ohio State Buckeyes
THE GAME. Así en mayusculas, sin protección y directo a la yugular. No se puede decir nada más del Wolverines vs Buckeyes de este año. Un partido no apto para cardiacos que demostró que si patinas te la pegas y muy gorda. Porque las etiquetas, cualquiera que sean estas, no sirven de nada a la hora de la verdad. Cualquier cosa puede ocurrir. Y aquí sucedió…
#7 LSU Tigers at #22 Texas A&M Aggies
Eterno. Es lo que fue el duelo de LSU contra Texas. Un partido que pasará a la historia como (spoiler) el encuentro con más tiempos extra de la historia de la FBS y, para rematar, en el que más puntos se han anotado -¡de-fense!- (fin spoiler). Para muchos una buena continuidad para una de las semanas más locas dentro del fútbol americano y que comenzaba con el “alabado” Los Angeles Rams – Kansas City Chiefs de la NFL. Si eso os gustó y, sobre todo, divirtió, esto os parecerá orgasmico. Bueno, si eres un espectador neutral y los equipos aquí presentes ni te van ni te vienen.
#21 Utah State Aggies at #23 Boise State Broncos
A veces cuesta decidir que partidos incluir en una lista de “mejores encuentros de la semana“, sobre todo después de que esta tenga lugar. Muchos que a priori te parecían guays acaban descompensados; otros cumplen con lo que se esperaba de ellos, o sea, que no son nada; y, los que menos, te sorprenden. Una mezcla de lo primero y lo último fue el duelo en Boise. Con el primer puesto de la División Mountain de la Mountain West, valga la redundancia, en juego, se enfrentaron los aspirantes (Utah State Aggies) y su ataque, y los de siempre (Boise State Broncos) con su defensa ferrea, ambos en posesión de rachas ganadores (10 y 7, respectivamente). ¿Quien la rompería? El que lo hiciese (no spoiler) se llevaría el premio de la final de conferencia y, quien sabe, si de una buena bowl.
Y hasta aquí el 90% de la temporada regular de la temporada 2018 de la FBS. En poco más de un més diremos adios a lo que tanto nos gusta y nos pasaremos más de medio año sin nada que llevarnos a la boca, así que más vale atesorar lo que nos queda. Incluido lo que ya ha pasado, sobre todo si no se ha visto aun.
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