Hace poco más de dos meses que estábamos hablando acerca del descenso en las audiencias televisivas de la NFL, tema que quedó sepultado una vez finalizaron las elecciones a la presidencia de Estados Unidos. Pues bien, ahora la liga está de enhorabuena porque entre las ocho franquicias que quedan con vida se encuentran varias de las más prestigiosas y seguidas mundialmente, por lo que se espera que las audiencias se disparen en lo que queda de aquí para el final, empezando por supuesto por el plato fuerte de este fin de semana, un Green Bay Packers-Dallas Cowboys que se presenta apasionante.

El duelo llega bastante más igualado de lo que se podía esperar hace unas semanas. Si bien los Cowboys han seguido en la misma línea desde que empezó la campaña allá por el mes de septiembre, los Packers se encuentran en su mejor momento, con siete victorias consecutivas desde que juegan en el filo del precipicio. Los queseros llevan disputando partidos a vida o muerte desde hace dos meses. No solo han sabido reinvertir la situación en la que se encontraban, sino que cualquier presión que pudieran tener la han sabido usar en su favor, demostrando que se mueven como pez en el agua en estas lindes.

Vayamos a las claves que pueden decantar el encuentro. Como comentaba, Dallas no ha sufrido ninguna metamorfosis a lo largo del año, sino que han desplegado un juego ultra conocido por todo el mundo pero que aun así, nadie (salvo los Giants) ha sido capaz de detener. En un artículo de hace un par de meses ya desgrané cómo funcionaba este conjunto (la linea de América), el cual gira en torno a la línea ofensiva. Y cuando digo todo, es todo, tanto juego terrestre, como aéreo, como la defensa.

Los cinco “gordos” hacen que la carrera de los Cowboys sea temida, más si tenemos en cuenta quien corre detrás de ellos. Ezequiel Elliot ha tenido una presentación como profesional inmejorable, la cual quiere rematar con una guinda durante la postemporada. Dallas aplasta a los rivales por tierra, son un martillo pilón que poco a poco va demoliendo las trincheras rivales por medio del agotamiento. Para los Packers va a ser prácticamente imposible detener a Zeke, pero el objetivo debe ser limitar su producción al mínimo. Elliot va a hacer sus yardas, de eso no tengáis duda, pero creo que será fundamental para los visitantes evitar big plays que terminen hundiéndoles.

El otro rookie que ha sorprendido a propios y extraños es Dak Prescott. Nadie en su sano juicio esperaba el nivel ofrecido por el ex de Mississippi State, y mucho menos que fuera a sentar a Tony Romo. Prescott no ha sido espectacular, pero sí extremadamente eficaz, prueba de ello son sus solo cuatro intercepciones. La línea defensiva de Green Bay va a tener que hacer todo lo posible para que el quarterback sienta la presión y con ella pierda eficacia. Pero no solo pasando es un peligro, sino que Prescott le ha dado una nueva dimensión al ataque que Romo nunca hubiera sido capaz de imprimirle. Puede correr, ya sea en jugadas preparadas para él o en jugadas rotas. Por ello, es importantísimo que Dom Capers ponga un spy sobre él, es decir, un jugador defensivo que se encargue de vigilarle y pueda evitar una jugosa ganancia de yardas a través de estas acciones.

En artículos anteriores ya hemos hablado suficiente de la secundaria de Packers y los problemas que arrastran. En los últimos desafíos no lo han hecho tan mal como se podía presuponer, y contra Dallas van a tener un nuevo desafío para demostrar que no son tan malos. Sin embargo, hay otra unidad que también lo pasó muy mal a principio de temporada y que viene mejorando con el paso del tiempo. Son los linebackers interiores. Blake Martinez, Joe Thomas y sobretodo Jake Ryan están sorprendiendo, y en este partido van a tener que ser protagonistas en el intento de detener el ataque de los Boys. Dak Prescott usa mucha la zona underneath, conectando tanto con el tight end Jason Witten como con el slot WR Cole Beasley. Los LBs de Packers van a tener que ser muy disciplinados tanto cubriendo esa zona como placando cuando se completen los pases. Su buen hacer será fundamental y minimizará a buen seguro el número de primeros downs que consigan los locales.

Pasemos al otro cara a cara. Ya sabemos todos el nivel actual en el que se encuentra Aaron Rodgers, la principal razón de donde está el equipo. Debido su estado de forma, se me hace muy difícil pensar que hay ahora mismo una defensa capaz de detenerle. La de los Giants, que era la mejor de la competición, a pesar de completar dos cuartos casi perfectos, terminó sucumbiendo. Y por más que trato de analizar cómo puede la de Cowboys frenarlo no encuentro la forma.

No obstante, hay algunos puntos donde pueden hacerle algo de daño, lo cual les permitiría maximizar sus opciones de éxito más allá de que los Packers suban puntos al marcador. Lo primero y más importante es evitar que Rodgers “baile” en el pocket a sus anchas. La offensive line de Packers está haciendo una labor magistral, dándole una cantidad de segundos indecente para pasar. Para mí se encuentra a la altura de la OL de Cowboys en la faceta de pass protection, aunque es justo señalar que el quarterback ayuda y mucho a que esto sea posible. Sus pies están en constante actividad y ha convertido en arte su movimiento dentro de la bolsa de protección. Si Dallas pretende atacar solo con los cuatro de la línea estarán muertos, tendrán que recurrir al blitz en un elevado número de ocasiones, a pesar del riesgo que ello conlleva.

Va a ser imprescindible para los queseros que se hagan con el reloj, esto es, que lleven a cabo posesiones largas, que permitan descubrir las costuras de la defensa de Cowboys y a la par evitar que la línea ofensiva de estos haga su trabajo. Dudo que el juego de carrera sea protagonista más allá de alguna u otra carrera exitosa que pueden dejar Montgomery, Michael o Ripkowski. Es por ello que Rodgers va a tener que implementar el juego de pase corto o intermedio por mucho que no sea su predilección. En este escenario, tanto Randall Cobb como Jared Cook deben dar un paso adelante y deben ser los objetivos principales, en especial en terceros downs.

Voy a decir una obviedad, pero para Green Bay será fundamental cuidar el ovoide y no cometer turnovers. Para mí la defensa de Dallas deja bastante que desear y no creo que se le juzgue de manera equivocada cuando decimos que es únicamente oportunista. Más allá de Sean Lee no hay mucho con lo que quedarse y sus deficiencias quedan escondidas gracias a la agresividad con la que juegan debido al poco tiempo que pasan dentro del emparrillado. De esta forma, si los de Wisconsin logran que pasen muchos minutos dentro, y a la vez no regalan el balón, esta defensiva acabará sufriendo mucho.

Si uno de los dos conjuntos logra abrir una brecha de dos anotaciones creo que nos quedaremos sin partido, ya que no veo al otro remontando. Sin embargo, veo muy difícil que se dé esta situación y lo normal sería que el partido se mantuviera apretado hasta el final, algo que agradecerán tanto la liga como los seguidores neutrales. Los Cowboys han sido sin duda el mejor equipo de la Conferencia Nacional, pero los Packers llegan desde atrás con ese momentum tan importante necesario en postemporada y con el mejor jugador de la NFL encendido. Ahora solo queda sentarse, y disfrutar.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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