Brad Penner / USA TODAY Sports
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Ryan Fitzpatrick y los New York Jets, los New York Jets y Ryan Fitzpatrick. El culebrón del verano. O por lo menos la historia que más ha dado que hablar desde que se echara el telón a la temporada pasada allá por el mes de febrero. El equipo de la Gran Manzana y el jugador original de Arizona por fin han sido capaces de llegar a un acuerdo de renovación de contrato, por lo que el quarterback ha dejado de navegar por las aguas de la agencia libre. Las discrepancias entre ambas partes residieron desde un principio en los emolumentos a pagar por parte del equipo, ya que Fitz estaba pidiendo cobrar como un mariscal de campo titular y los Jets le ofrecían un sueldo correspondiente a un suplente.

Las defensas de las dos posturas fueron muy claras y entendibles. Fitzpatrick alegaba que con él en el campo el equipo logró un record positivo de 10-6 con el que a punto estuvieron de entrar en playoff la pasada campaña. Por su parte, los Jets se amparaban en el hecho de que ya contaban con un quarterback titular, Geno Smith.

Tim Fuller / USA TODAY Sports
Tim Fuller / USA TODAY Sports

Así se han pasado casi seis meses y aunque todo indicaba que no habría pacto antes del kickoff inicial, ante todo pronóstico (por lo menos para mí), este pasado jueves 28 de julio las dos partes plasmaron su firma en un nuevo contrato por el que Fitzpatrick jugará una temporada más en Nueva York. El monto final asciende a 12 millones de dólares, todos ellos garantizados, más 3 en forma de bonus si es que el equipo llega a la gran final. De esta forma, todo se queda en un término medio entre lo que el equipo ofrecía inicialmente (8 millones) y lo que el jugador solicitaba (18 millones). Las informaciones que se manejaban estos últimos días desde los insiders de la NFL era que la franquicia le había puesto sobre la mesa varias ofertas en las que “jugaban” con el monto garantizado del contrato. La idea era que el jugador pudiera decidirse por una de ellas durante los días previos al comienzo del training camp, algo que ocurrió con la campana sonando ya, puesto que el miércoles 27, día en el que la plantilla tenía que reportarse en las instalaciones de Florham Park para dar inicio a los entrenamientos, Adam Shefter de ESPN dio la noticia del acuerdo a las 19 horas.

Por mi parte me atrevo a decir que el bueno de Fitz ha ganado esta partida de ajedrez en la que se han visto envueltos durante los últimos meses. Una partida psicológica y jugada de poder a poder, en la que los Jets han sucumbido ante las exigencias del mariscal. A priori, puede parecer que las dos partes estaban obligadas a entenderse, y que salen ganando por igual ya que han conseguido en cierta manera lo que ambos querían. Pues bien, mi opinión es que el equipo se ha cegado en el tema, olvidándose que la realidad era que ellos sí que tenían ya un jugador que podía ocupar perfectamente el rol que ahora está destinado para el barbudo. A contrario de lo que mucha gente opina, los de verde podían haber dormido tranquilos si es que las negociaciones no hubieran llegado a buen puerto, teniendo la seguridad que en sus filas contaban con un quarterback que perfectamente puede ser el titular. Recordemos sino como el bueno de Fitzpatrick se hizo con el puesto hace un año. Él había llegado a la franquicia como backup de Geno y fue a partir de una lesión de este, provocada por una pelea con un ex compañero, cuando Fitz pasó a ser el QB1 en el depth chart. Hasta entonces, el entrenador Todd Bowles ya había declarado públicamente en más de una ocasión que Geno empezaría la temporada al frente del equipo.

Fitzpatrick era el que debía estar de cierta manera un poco desesperado ante el hecho de verse sin equipo a poco más de un mes para que comience la competición. La inteligencia del ex de Harvard se ha visto patente en todo el proceso y ha sabido darle la vuelta a la tortilla hasta conseguir tanto lo que él como sus compañeros de ataque buscaban, que no era otra cosa sino que este fuera el director de la ofensiva. Supo hacer que la desesperación cambiara de bando y la franquicia no ha sido capaz de ver que si Fitz no firmaba por lo que ellos querían, las opciones que le quedaban para formar parte de la NFL durante la temporada que está a punto de comenzar, eran escasas. Estas pasaban únicamente por firmar por otro equipo que se viera necesitado de un quarterback debido a una lesión puntual de su titular, algo no complicado pero sí rocambolesco. Además, de darse este caso, Fitz se hubiera encontrado nuevamente en la misma disyuntiva, ya que ese equipo dudo que le llegara a dar la cantidad que pide, puesto que estaría firmando un contrato para suplir a otro jugador durante un tiempo determinado. Fitzpatrick ha jugado todas sus cartas hasta el final de las consecuencias. Lanzó lo que en jerga de póker se conoce como un All-in y ha salido victorioso.

Independientemente de haberse llevado a cabo el acuerdo y que Fitz forme parte del equipo, yo voy a romper una lanza a favor de Geno, y es que él sería mi mariscal en el campo y dejaría al “14” relegado al puesto de backup igual que como estaba contemplado el año pasado. Antes de que pueda parecer una locura lo que están leyendo, paso a dar las razones por las cuales opino que el papel que pueda desempeñar el barbudo bien lo puede hacer Smith.

Se está tratando a Fitz casi como si fuera un quarterback élite, cuando hay que recordar que la regular season pasada fue la primera desde que llegó a la liga en 2005 en la que lideró a un equipo a conseguir un balance positivo. El de Arizona había formado parte de cinco franquicias antes de aterrizar en Nueva York y con ninguna de ellas había sido capaz de acceder a la postemporada. Es verdad que el año pasado casi lo logra, pero echemos la vista atrás y veamos por qué esto no sucedió al final. Pues bien, el bueno de Fitz se marcó un esperpento de partido en la última jornada ante unos Buffalo Bills que no se jugaban más que el orgullo. Lanzó hasta tres intercepciones cuando el equipo se jugaba el todo por el todo, dirigiendo unos últimos drives más que mediocres. Se pudo comprobar, y no es la primera vez, que en los momentos de la verdad Ryan Fitzpatrick se ve superado. Es en estas situaciones cuando sus ansias le pueden y no es capaz de tener la sangre fría suficiente como para afrontar el reto con las garantías suficientes.

Geno no consiguió tampoco es sus dos primeras temporadas un récord positivo, pero hay que explicar cómo estaba la franquicia. Los Jets caían en picado después de una paupérrima gestión del por aquel entonces entrenador principal, Rex Ryan. Cabe señalar que en el apartado ofensivo el equipo estaba completamente a la deriva. Como muestra de ello, dos hechos más que llamativos. Rex fue el único en dar una oportunidad al idealizado Tim Tebow y su último año al mando lo pasó jugando al gato y al ratón en el puesto de quarterback con el propio Geno y con un Michael Vick prácticamente acabado, casi nada.

Si nos vamos al apartado estadístico podemos comprobar que la diferencia entre los dos jugadores es mínima. Ambos se encuentran en torno al 60% de pases completados con un avance de 6,8 yardas por intento. Sí es verdad que en el rating touchdowns-intercepciones gana la partida Fitz con un 1,3 frente a un pobre 0,8, pero vuelvo a recordar la situación a la que se expuso Geno en sus dos primeros años. Además, cabe destacar que él no contaba con un receptor de la calidad que atesora Brandon Marshall, WR número uno del actual plantel del equipo neoyorquino. La diferencia a priori entre ambos jugadores en cuanto a lo que pueden aportar es más bien escasa y el equipo se equivoca si cree que en un futuro inmediato puede lograr un objetivo más alto con Fitz en lugar de Smith.

Tom Szczerbowski / Getty Images Sport / Getty
Tom Szczerbowski / Getty Images Sport / Getty

Geno lleva un año a la sombra, tiempo suficiente para haber absorbido el nuevo sistema que funciona desde entonces en el ataque del equipo, el cual está dirigido por el coordinador ofensivo Chan Gailey. Este dato me parece muy importante, pues Gailey no ha sido únicamente el coordinador de Fitzpatrick la anterior campaña en Jets, sino que ya le dirigió como head coach durante su periplo en Bills. En total cuatro años, tiempo más que suficiente no solo para haber demostrado que controla el sistema propuesto por el entrenador, sino que lo domina hasta el más mínimo detalle, algo que como se ha podido comprobar no ocurre.

En todo un año, Smith no ha alzado la voz y ha estado a la sombra esperando su ocasión, la cual parecía estar más cerca hasta hace escasamente unos días. Al final, todo fue una cortina de humo. Yo creo que es el momento, ahora que la franquicia tiene unas buenas bases establecidas, de comprobar si Geno es su quarterback de futuro. De no ser así y si fallan en el intento, siempre podrán recurrir a la agencia libre de la próxima offseason y buscar una alternativa mejor a la de Fitzpatrick. Los Jets tienen un gran equipo, tanto dentro del emparrillado como dirigiendo desde la banda. Están a un buen mariscal de ser un aspirante real al título y desde mi punto de vista este ni es ni será Fitz. Si finalmente se la juegan con él, estarían perdiendo el tiempo y desaprovechando una oportunidad de oro para desbancar a unos New England Patriots que llevan dominando su división más de una década. Deben dar los galones a Geno y dejarle demostrar si atesora la capacidad suficiente para liderar este proyecto. Calidad no le falta, ya lo demostró durante su etapa universitaria en West Virginia y en más de un partido en sus dos primeras temporadas. Ahora solo falta comprobar si es capaz de hacer lo mismo de manera regular en la competición más exigente del mundo. Por lo que parece, este no va a ser el año en el que tengamos la respuesta a esta pregunta. Nos va a tocar esperar para saber si Geno es o no un quarterback digno de dirigir a un equipo con opciones de anillo.

Por Stéfano Prieto

@stefanokresmar

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