Volvió la NFL y lo hizo por la puerta grande, con un auténtico partidazo en el kickoff que dio inicio a la temporada y que enfrentaba a los dos equipos que habían disputado el último Superbowl. Una vez más, el encuentro sirvió para recordarnos dos de las cosas más bonitas de esta competición, lo dramática e impredecible que es. Dramática porque el desenlace del enfrentamiento lo protagonizó un field goal fallado a escasos segundo del final y que podía haber saciado el hambre de venganza de los Panthers. Impredecible porque por enésima vez el equipo que no era el favorito en las casas de apuestas se alzó con el triunfo.

El campeón demostró porque lo es, volviendo a callar a todos aquellos que creíamos que esta vez no serían capaces de doblegar a los Panthers. Craso error. Dicen que el ser humano es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, y cuánta razón hay en esa frase. Caímos de nuevo en la trampa, como si fuéramos novatos, y yo por supuesto yo el primero de todos. Pensé que siete meses después los Panthers sí serían capaces de demostrar que son mejor equipo, o por lo menos más completo y equilibrado en todas sus líneas. Pues no, que se nos meta en la cabeza. El mejor equipo de los dos es Denver Broncos. No hay más. Así lo han demostrado por partida doble. Dejemos de menospreciar lo que este conjunto está haciendo y empecemos a creeros de verdad el cuento de que son los actuales campeones.

Hay que señalar que el partido no fue ni mucho menos brillante en lo que a la calidad de juego se refiere, algo normal teniendo en cuenta que la temporada recién está arrancando. Los dos conjuntos dejaron intuir cuáles son sus puntos débiles, los cuales deberán trabajar si quieren mejorarlos, pero los Panthers son lo que se mostraron más frágiles en un mayor número de facetas.

El equipo dirigido por Ron Rivera dejó claro que van a sufrir y mucho en la secundaria, siempre y cuando el front seven no sea tan efectivo como se presupone. Este jueves no lo fue y eso provocó que los cornerbacks fueran quemados una vez tras otra. Josh Norman abandonó el barco después de que la franquicia no le quisiera pagar lo que pedía y los peores augurios se están cumpliendo. Ni los dos rookies seleccionados en el draft ni Benwikere parecen ser garantía suficiente a día de hoy. Pero como he comentado, en la zona delantera, el fuerte de la defensa, la cosa no fue mucho mejor. La línea no logró colapsar el pocket de manera constante y los linebackers estuvieron a un nivel muy inferior de lo normal. Davis y Kuechly, aunque sí tuvieron alguna jugada vistosa, fueron una sombra de los jugadores que todos conocemos. Cuando esto sucede, como hemos podido comprobar, la defensa se resiente mucho bajando el nivel global de la misma.

En el ataque, Cam Newton jugó un muy buen partido, echándose el equipo a la espalda en los momentos más complicados a pesar de estar recibiendo una auténtica paliza jugada tras jugada. No se le puede achacar nada al MVP actual, quien fue capaz de dirigir a la ofensiva hasta la zona de field goal range en un último drive con apenas tiempo en el luminoso. Permitió a Gano chutar un gol de campo de 50 yardas y que de haberlo metido les hubiera dado la victoria.

Como puntos positivos del ataque me quedo con dos. Por un lado Greg Olsen, que volvió a demostrar que es el jugador en el que Newton más confía en los momentos de máxima presión y el ala cerrada le devuelve la confianza con una recepción tras otra. En segundo lugar quiero destacar la vuelta de Benjamin tras la lesión de rodilla que le dejó en el dique seco la temporada pasada. Se le vio totalmente recuperado, estuvo muy activo durante todo el partido e incluso anotó un touchdown. Si Benjamin juega como lo hizo durante el kickoff inicial el ataque de Panthers va a tomar otra dimensión.  La nota negativa la puso el juego de carrera. Apenas funcionó y en un equipo como este que vive del sistema de read option es fundamental. Van a tener que trabajar mucho este aspecto porque de lo contrario la ofensiva puede convertirse mucho más previsible de lo demostrado hace un año, algo de lo que ya se aprovechó la defensa de Denver.

La defensa de Broncos golpeando a Newton / Sportingnews
La defensa de Broncos golpeando a Newton / Sportingnews

Sabemos de lo que es capaz la defensiva dirigida por el gran coordinador Wade Phillips, y una vez más no dejó indiferente a nadie. Si bien no mostró el excelso nivel que permitió al equipo alzarse con el último Trofeo Lombardi, su trabajo impidió que Carolina abriera brecha en el marcador durante la primera parte. La intensidad fue en aumento con el paso de los  minutos, y tras el descanso se produjeron varios ajustes con los que lograron matar la poca carrera que había tenido el ataque de los Panthers, y por ende facilitar la labor de una secundaria que durante los dos primeros cuartos en ningún momento pudo parar a Newton en terceros downs.  Quiero señalar algo que me pareció preocupante, y es que a pesar de que esta defensa va a seguir en la élite de la liga, en este encuentro mostró una debilidad que no se le había visto hasta ahora. El centro de la línea no logró hacer apenas daño y todo hace indicar que van a echar mucho de menos a Malik Jackson y, aunque en menor medida, a un Trevethan que ayudaba mucho parando el juego terrestre.

Los focos del partido apuntaban antes del inicio hacia el ataque de Broncos por varias razones. La principal tiene nombre y apellido, Trevor Siemian. El quarterback asignado por el entrenador para dar comienzo la temporada. Un jugador de segundo año elegido en séptima ronda y que hasta este enfrentamiento no había lanzado un solo pase oficial. Teniendo en cuenta estas circunstancias el resultado fue bastante aceptable. Cierto es que tuvo errores, normales para tal ocasión, pero fue capaz de ejecutar lo que le pedían desde la banda, fue atrevido cuando tuvo que serlo e incluso logró lanzar un pase de touchdown. Pero más allá de Siemian, hay que elogiar lo que va a ser la gran arma de la ofensiva esta campaña, su juego de carrera.

Gary Kubiak es un maestro en hacer funcionar esta faceta del ataque. Ya lo ha demostrado a lo largo de su carrera como head coach y lo ha hecho con todo tipo de líneas y corredores. El año pasado en el ataque era dueño y señor Peyton Manning, pero tras su retirada Kubiak está al mando. Lo demostrado en este encuentro puede ser un aperitivo de lo que se viene por delante. Anderson y la línea ofensiva estuvieron estelares, fueron el pilar del ataque y un quebradero de cabeza constante para el front seven de Panthers. Si este aspecto funciona como todo hace indicar, el mariscal que juegue, ya sea Siemian o el novato Paxton Lynch, serán los principales beneficiados y los hombres más felices en todo el estado de Colorado.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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