Por fin!! Por fin Ben McAdoo fue relegado del puesto de entrenador principal de los New York Giants. Y digo por fin porque demasiado ha tardado John Mara, el dueño de la franquicia, en despedir al que ha sido el responsable del equipo durante los últimos 23 meses. Además, McAdoo no se va solo, sino que arrastra al que fuera general manager desde el año 2007, Jerry Reese, quien además formaba parte del conglomerado del front office del equipo neoyorkino desde hace más de veintitrés años.

Era de esperar que fuera a haber consecuencias drásticas después de la horrenda temporada que está completando el conjunto de la Gran Manzana pero personalmente me ha sorprendido que, una vez pasado el ecuador de la Regular Season y con el equipo a la deriva, Mara no haya aguantado los cuatro partidos que restan y esperado al llamado Black Monday para cortar cabezas. Cuando un conjunto se encuentra en la situación actual por la que atraviesan los Giants y desde arriba tienen decidido hacer cambios, soy más partidario de que esperen hasta después del último encuentro y que sean los propios responsables de tan malos resultados los que se tengan que comer el marrón hasta el final.

Reese, Mara y McAdoo durante la presentación de este último, vía NJ

Sin embargo, todo el asunto del banquillazo a Eli Manning la semana pasada ha sido la gota que ha colmado el vaso en todo este asunto y el motivo de acelerar estos despidos. Y es que el dueño era consciente de la decisión de relegar a Eli a la banda, pero cuando ha visto que toda la afición se ha manifestado hasta la saciedad en contra de este movimiento no le ha quedado otra que recular y la forma más fácil de quitarse de un plumazo este problema no ha sido otra que la de echar toda la mierda sobre el head coach.

Todo esto no hace más que darnos una muestra del caos que se vive hoy en día en los Giants. La franquicia ha perdido el rumbo después de haber entrado en playoffs en 2016 y de ser uno de los candidatos más fuertes de la NFC en el mes de agosto. Una vez más hemos podido comprobar lo dura que es la NFL y como en apenas tres meses un equipo puede saltar por los aires. Esta competición no perdona.

Centrémonos un poco en lo que ha supuesto McAdoo para New York y el porqué de su destitución. McAdoo se hizo con el puesto de head coach supliendo la salida del gran Tom Coughlin tras doce años en el cargo y después de que desde las oficinas se decidiera dar continuidad con un hombre de la casa. McAdoo había sido coordinador ofensivo los dos últimos años bajo el mandato de Coughlin, el ataque más o menos había respondido y además tenía la vitola de ser un gurú en esto de montar ofensivas. Además, el otro nombre que se podía haber barajado dentro de la propia franquicia era el de Steve Spagnuolo (coordinador defensivo) y en su contra tenía el venir de hacer una campaña horrorosa con la defensa y que durante su corta experiencia como entrenador principal, en Rams entre 2009 y 2010, los resultados no daban pie al optimismo.

La mayoría de seguidores tomaron este movimiento como bueno, esa etiqueta de encantador de quarterbacks y ataques siempre es muy atractiva. Ahora bien, antes de dar por sentado que tal coordinador o entrenador es un auténtico especialista en una determinada faceta hay que tratar de analizar cómo se ha ganado esa etiqueta. En el caso de McAdoo había sido ni más ni menos que por ser el entrenador de quarterbacks en los Green Bay Packers durante dos temporadas, o lo que es lo mismo, haber dirigido directamente al gran Aaron Rodgers. Lo que no se pararon a pensar la mayoría de los seguidores es que probablemente, solo probablemente, Rodgers ya era una máquina antes de tener a su lado a McAdoo. Por favor, no seamos ilusos, Aaroncito no necesita ni head coach así que pensar que algo del juego actual de esta mega estrella proviene de su etapa con McAdoo me parece ser demasiado iluso. A Rodgers basta con decirle que salga a jugar y que haga lo que sabe hacer. Suficiente.

McAdoo y Eli Manning, vía NJ

Por esta razón fui muy reticente a la decisión de nombrar a McAdoo como entrenador y no querer buscar otras opciones con mayor experiencia. El caso es que todas las dudas que tenía hacia él se empezaron a confirmar apenas comenzada la temporada 2016. Después de pocos partidos era demasiado evidente que el ataque no funcionaba, pero no funcionaba en ninguno de sus apartados. El playcalling y la preparación de los encuentros era un horror, el juego de pase demasiado inconsistente y conservador, usaban una West Coast Offense que era precisamente eso, una ofensa para los creadores de este sistema de juego. La carrera dejó completamente de existir en el equipo, la línea ofensiva y en concreto los tackles eran el hazmerreír de la liga y solo las genialidades de Odell Beckham Jr. salvaban a los de azul de la total mediocridad. Y lo peor de todo, un Eli Manning que ya se encontraba en decadencia debido a la edad entró en una total caída libre de la que no ha sido capaz de salir hasta ahora.

Me diréis, “pero oye Stéfano, si los Giants llegaron a postemporada”. Efectivamente, yo os pido que me digáis como lo hicieron. Todo el mundo sabe que fue gracias a una colosal defensa, magistralmente entrenada y dirigida por Spagnuolo, quien demostró que en cuanto le dan las piezas necesarias es capaz de crear defensivas muy versátiles a la par que eficaces. Lo que hizo esta unidad el año pasado fue una de las historias de la campaña, me impresionó su nivel de juego y la manera de sobreponerse a un ataque que era un completo cero a la izquierda. Historias como la de 2015, en la que justamente otro Manning, en este caso el hermano mayor, Peyton, se hizo con el anillo de campeón dirigiendo otro auténtico desastre de ataque gracias a una defensa imperial solo pasan una vez en la vida.

Al final esa clasificación a playoffs fue lo peor que le pudo pasar al equipo ya que evidentemente nadie va a despedir a un entrenador que te ha conducido hasta postemporada. La realidad era que ese castillo de naipes se iba a desplomar tarde o temprano y el problema es que se ha caído a plomo, sin oportunidad de ser apuntalado y reforzado para tratar de mantenerlo en pie. Ahora será el mismo Spagnuolo el que se hará cargo de aquí hasta finales de diciembre del equipo con el objetivo de salvar la poca dignidad que les queda.

Estadísticas del ataque de Giants durante los dos años de McAdoo como HC. LEGADO

¿Y cómo quedan los damnificados? El bueno de McAdoo queda muy tocado. No creo que nunca más vuelva a tener otra oportunidad como entrenador principal (posiblemente sí como entrenador posicional), su imagen ha quedado mucho más dañada que el simple hecho de no ser lo suficientemente capaz de dirigir un ataque. Se ha visto como el puesto le quedaba muy grande, no estaba preparado para llevar las riendas de una franquicia y menos una de tanto calado como esta. Era un secreto a voces que había perdida el vestuario, el cual no creía en él desde hace tiempo. Muestra de ello son las continuas faltas de disciplinas que se han dado durante estos dos últimos meses, sobre todo por parte de jugadores de la defensa, cansados de tener que llevar el 100% del peso del equipo. Además, hemos visto determinadas jugadas en algún partido donde es muy evidente que algunos de estos jugadores se estaban paseando por el campo, recordad ese touchdown que encajan en un 3&33 contra Rams desde el medio del campo. Y precisamente fue en esa rueda de prensa post partido donde McAdoo enseñó a todo el mundo de que pasta está hecho y que clase de líder es: un periodista le preguntó acerca de que les había dicho a los suyos durante el descanso y lo único que se escuchó fue el silencio. Qué horror!!!

El caso de Reese es más salvable. Su trabajo ha quedado respaldado durante años y aunque se ha visto envuelto en todo este vaivén de acontecimientos tiene motivos suficientes como para pensar que encontrará cobijo en otra franquicia. No sé si como general manager a corto plazo pero sí por lo menos como una persona cercana a esta figura. Ha demostrado que sabe armar buenos conjuntos y el último ejemplo lo tenemos en la defensa que montó hace dos temporadas a golpe de talonario la cual queda como su último legado. De hecho, en la offseason del año pasado también se movió para completar un buen ataque y se hizo con varios nombres de relumbrón.

Nick Saban, vía Gridiron Now

Y respecto a la franquicia, lo primero que debe hacer Mara es tratar de no ensuciar más su nombre, dejar que pasen estos últimos cuatro encuentros sin que se hable mucho de ellos, volando en un segundo plano. Sé que esto es complicado ya que se trata de uno de los equipos más históricos y seguidos, con sede en la ciudad más importante de los Estados Unidos, donde la prensa te persigue a sol y sombra. Sus primeros pasos han sido los adecuados, empezando por colocar como ya he dicho a Spagnuolo como técnico interino, quien ha devuelto a Eli a su puesto de QB titular y siguiendo con la confirmación de que primero contratará a un general manager y este será quien elija a su entrenador. Han salido ya varios nombres, como el de Josh McDaniels, genial coordinador ofensivo de Patriots y adorado por un servidor. Y sobre todo está sonando Nick Saban, entrenador de la Universidad de Alabama y una de las figuras más cotizadas en el mundo del fútbol americano.

En cualquier caso y llegue quien llegue a cada uno de los puestos lo primero que tendrán que hacer será precisamente resolver la situación con Eli Manning. El quarterback es un emblema del equipo pero no solo su época en Giants ha llegado a su fin sino que pienso que lo mejor que puede hacer es retirarse. Eli no está para seguir jugando al más alto nivel por mucho que quiera empeñarse y si de verdad sus intenciones son aguantar un año más en la NFL la franquicia debería deshacerse de él, por más que le pese a sus seguidores. Esta situación no será fácil para el nuevo régimen que aterrice en la Gran Manzana ya que si tu primera acción es decir adiós al que ha sido la cara de la franquicia durante los últimos catorce años mucha gente se le va a echar encima. No obstante, creo que sería el movimiento idóneo ya que más allá de lo pobre del juego de Manning en la actualidad el objetivo de Mara es llevar a cabo una reconstrucción a partir de una limpieza profunda, limpieza que no será total si el quarterback continúa en New York. Además, los Giants no son uno de esos conjuntos que necesiten empezar de cero, sigo pensando que están a muy pocas piezas de dar con la tecla y ser un contendiente claro, por lo que si dan en el clavo tanto con el próximo entrenador como quarterback, es muy posible que en 2018 les estemos viendo luchar por cotas muy distintas.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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