Ese es el título en español de “Concussion”, película del 2015 protagonizada por Will Smith, en la cual se refleja, con lujo de detalles, como el doctor Bennett Omalu descubre una patología relacionada con conmociones cerebrales y golpes en la cabeza que terminó cambiando para siempre la práctica del fútbol americano, ya que hizo ver a todos una realidad que hasta ese momento era completamente desconocida (o a lo mejor no) para la NFL y que se resume en 3 simples iniciales: CTE.

Mike Webster

Para muchos, Mike Webster fue, es y será el mejor centro de la historia, formó parte de los legendarios Steelers de los 70, ganó 4 anillos de Super Bowl, integró la mejor línea ofensiva de la historia, jugó más partidos que nadie dentro de la franquicia y tuvo una carrera ilustrísima de 17 temporadas que lo catapultó al Salón de la Fama. Una vida perfecta, de ensueño para muchos, pero nadie sabía el tormento que comenzó a vivir una vez que se retiró de la actividad en 1990. Los episodios de amnesia, depresión y pérdidas de memoria, comenzaron a ser constantes, se alejó de sus más cercanos, se divorció de su cónyuge y terminó en la ruina, viviendo en una camioneta y vendiendo sus anillos para comprar medicamentos que a esa altura ya eran una adicción. Webster fue encontrado muerto el 24 de septiembre del 2002 y la causa de muerte “oficial” fue un ataque al corazón, pero algo no le cuadraba al Doctor Omalu, quien se obsesionó con su caso e inició un sinnúmero de estudios a su cerebro, llegando a una conclusión que marcó un antes y un después: El futbol americano, el deporte de toda su vida, terminó matando a Webster.

Junior Seau

Omalu descubrió manchas rojas anormales (la famosa proteína “tau”) en el cerebro del ex acerero, y luego de recopilar antecedentes tales como la posición en la que jugaba, el contacto físico al que se exponía, cantidad de partidos por año, síntomas post retiro, sus últimos días, etc, descubrió que los golpes sufridos en su cabeza desde muy temprana edad, terminaron a la larga deteriorando su salud y derivando a la postre en su muerte, encendiendo todas las alarmas al respecto y sintiendo la necesidad de hacérselo saber al mundo, sin saber que se ganaría un enemigo muy poderoso: La propia NFL, la que, viendo el riesgo que implicaba para el negocio, rápidamente negó de manera rotunda todo vínculo entre las conmociones sufridas por jugadores durante los partidos y los efectos que pudiesen darse a largo plazo, desacreditando lo descubierto por Omalu y atacándolo hasta personalmente.

Justin Strzelczyk

Webster era solo un caso “aislado”, pero no pasó mucho tiempo para que la teoría empezara a respaldarse con otros ejemplos: Justin Strzelczyk, Terry Long, Andre Waters, Dave Duerson, Junior Seau, todos ex jugadores que terminaron suicidándose, e incluso dejando notas pidiendo que se estudien sus cerebros, le empezaron a dar la razón a Omalu, quien a esa altura ya había bautizado la patología: Encefalopatía Traumática Crónica, CTE por sus iniciales en inglés.

La CTE se define hasta el día de hoy como una enfermedad neurológica degenerativa, progresiva e irreversible, propia en un principio de ex boxeadores, similar al Alzheimer, y que consta de 4 etapas de síntomas:

Etapa 1: Dolores de cabeza y problemas de concentración.

Etapa 2: Depresión, cambios de humor, insomnio y pérdida de memoria a corto plazo.

Etapa 3: Problemas cognitivos y amnesia permanente.

Etapa 4: Demencia absoluta y muerte.

Ken Stabler

Todos estos tópicos se han visto en varios ex jugadores de la NFL, como Ken Stabler, mariscal de campo de los Raiders en la década de los 70, fallecido hace 2 años de cáncer al colon, pero cuyo estudio cerebral arrojó signos moderados de CTE. Otros ex jugadores alcanzaron la etapa 4, como Ralph Wenzel y John Mackey, fallecidos en un estado de demencia total, incluso hay ejemplos más dramáticos, como el de Kevin Turner, quien murió en marzo del 2016 de ELA, la cual tuvo su origen justamente en la CTE que padecía. Cabe señalar que el diagnóstico definitivo solo se puede obtener una vez que el paciente fallece y se realiza el estudio respectivo de su cerebro.

Kevin Turner

Con el correr de los años, la liga ha pasado, de negar rotundamente todo vínculo entre esta enfermedad y la práctica del deporte, a reconocerlo poco a poco, así, comenzaron a modificarse variadas reglas dentro del juego, se instauró la penalización de los tackles casco a casco y se adoptó un protocolo de conmociones cerebrales que implica retirar de inmediato a un jugador de un partido en caso de golpe en la cabeza y no permitirle ni siquiera volver a entrenar hasta sortear una serie de pruebas que demuestren su recuperación, lo cual ya implica un avance con respecto a lo que sucedía años atrás, ya que antes un jugador sufría una conmoción en pleno partido, salía por un par de jugadas y luego volvía como si nada, situaciones así hoy en día ya no pasan.

Tony Dorsett

Existen situaciones como la de Tony Dorsett, ex corredor extrella de los Cowboys, quien reconoció “tener más días malos que buenos” debido a los síntomas que indicarían que padece de la enfermedad, o la de Antwaan Randle El, ex receptor de los Steelers, que confesó estar arrepentido de haber jugado fútbol americano y acusa ya problemas de retención de memoria, similar a lo que le está sucediendo a Brett Favre. Así, muchos ex jugadores, han iniciado millonarias demandas colectivas en contra de la liga por su falta de información y prevención a la hora de exponerlos frente a las eventuales consecuencias que hoy en día acarrean fruto de años de golpes y conmociones cerebrales mal cuidadas, llegándose a pagar en total una cifra que bordea el billón de dólares a modo de compensación de parte de la NFL a más de 5000 ex jugadores y sus familias.

El tema ya está instalado, la liga trató de taparlo bajo la alfombra por mucho tiempo, pero ya no puede hacerse la desentendida en el tema. Un estudio médico publicado hace unos días, reveló que de 111 cerebros de ex jugadores de la NFL, 110 presentaban restos de la proteína “tau”. ¿Será Aaron Hernández el próximo caso emblemático? Pase lo que pase, la liga deberá lidiar durante los próximos años con una realidad a la que afortunadamente ya no le queda nada de oculta.

UPDATE: El día 21 de septiembre, se confirmó que Aaron Hernández sufría de la enfermedad, ya en su etapa 3. Sin duda alguna traerá coletazos fuertes para la liga.

@_chudox_

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