Mucho quarterback para tan poca defensiva, un concepto que bien pudiera resumir toda la temporada 2016 de los Green Bay Packers. Por una parte, una estrella como Aaron Rodgers quien volvió a marcar otro año ejemplar con 40 pases de touchdown en temporada regular (el mejor de toda la NFL) y una actuación épica en la ronda divisional en la casa de los Dallas Cowboys. Pero por otra parte, una defensa que apenas podía aguantar ventajas construidas por la ofensiva y que en muchos partidos permitió yardas y anotaciones por montones.

Aún con todas esas debilidades defensivas, los Packers lograron meterse dentro de los cuatro finalistas de la liga, pero justamente esos defectos fueron expuestos por los Atlanta Falcons, quienes les anotaron 44 puntos, además de 493 yardas totales, en la final de conferencia, un partido que llegó a tener una diferencia de 31 unidades durante la segunda mitad. Al final del camino, Rodgers hizo lo mejor que pudo con sus receptores pero el conjunto defensivo no dio el ancho y así fue como el equipo de Green Bay volvió a quedarse corto en un nuevo intento por regresar al Super Bowl.

A lo largo de la liga pasada, los Packers vivieron algunas complejidades, sobre todo en un momento en que hubo una manifiesta desconfianza hacia el entrenador Mike McCarthy, la cual quedó reflejada en algunos dichos públicos de Rodgers, algo que nunca antes había ocurrido durante el todo el ciclo Rodgers/McCarthy, el cual se apresta para iniciar su 10° temporada. De todas formas, el equipo Green & Yellow se las ingenió para enmendar su rumbo en el tramo final de la temporada regular, ganando los últimos seis partidos consecutivos, permitiéndoles entrar a los playoffs como campeones divisionales.

Ofensiva impecable, defensiva permeable

Para entender todo el contraste entre ofensiva y defensiva, bien vale explicar en detalle el desempeño de ambas unidades durante el 2016. En ofensiva, los Packers figuraron dentro de los diez mejores en cuanto a yardas totales, yardas de pase, yardas por jugada, primeros downs obtenidos, touchdowns de pase y touchdowns totales. Una línea que pudo proteger lo suficiente como para que Rodgers estuviera en ritmo y pudiera conectar con sus receptores. Aaron tuvo un año digno de su categoría, completando casi el 66% de sus pases, sumando 4.428 yardas, lanzando los ya mencionados 40 pases de touchdown, regalando apenas ocho intercepciones y registrando el cuarto mejor rating, con 104.2. En los playoffs, superó las mil yardas y lanzó nueve touchdowns en los tres partidos disputados, aunque fue la actuación ante los Cowboys la que quedó para el recuerdo, sobre todo al final del juego cuando conectó un fulminante pase con Jared Cook que sirvió para el gol de campo decisivo de Mason Crosby, cuando ya expiraba el tiempo reglamentario.

En cuanto a los receptores, Jordy Nelson (quien fue premiado como el Regreso del Año en la liga pasada), Randall Cobb y Davante Adams respondieron a la confianza de su mariscal de campo, entre los tres sumaron 30 recepciones anotadoras y en caso de Nelson y Adams fue aún más notable, porque acabaron en el podio del torneo en ese rubro, siendo Jordy el mejor con 14 y Davante el tercero con 12. Ty Montgomery es otro receptor con protagonismo dentro de la escuadra, pero que debido a necesidades del mismo equipo además de decisiones de su coach, acabó el año jugando como corredor, debido a la baja de Eddie Lacy, quien apenas estuvo en cinco partidos y en la temporada que está por comenzar jugará con los Seattle Seahawks. Christine Michael fue fichado durante la liga pasada y jugó algunos partidos, pero el equipo lo dio de baja en marzo. Todo apunta a que alguno de los corredores seleccionados en el draft debiera tener participación dentro de los esquemas ofensivos de Green Bay para esta temporada.

Así como la ofensiva produjo yardas y puntos por doquier, la defensiva concedió yardas y anotaciones de igual manera. Muy dependientes de los robos de balón, donde sí figuraron positivamente, los Pakcers siempre estuvieron muy expuestos cuando los esquineros y profundos quedaban mano a mano frente a los receptores adversarios. Finalizaron el año pasado como la 11° peor defensiva en cuanto a yardas totales, la quinta peor en yardas por jugada, la segunda peor en yardas permitidas por pases, la 12° peor en puntos permitidos y la novena peor en touchdowns recibidos. Aquellos patrones no cambiaron durante la postemporada: en el juego de wildcard (triunfo vs. New York Giants, 38-13) aceptaron 365 yardas, después en la ronda divisional recibieron 429 de los Dallas Cowboys (triunfo 34-31) y finalmente, permitieron la deshonrosa suma de 493 yardas en su visita a los Atlanta Falcons (derrota 44-21).

Aún con esas evidentes falencias, la defensiva de los Packers logró generar muchas capturas e intercepciones durante el año, finalizando dentro de las diez mejores en ambas categorías. Atraparon mariscales rivales en 40 ocasiones, séptima mejor marca de la liga, ahí fue muy importante la producción de Nick Perry, quien fue autor de 11.0, situándose dentro de los diez jugadores con más sacks de toda la competición. Una mención también para los veteranos Julius Peppers y Clay Matthews, responsables de 12.5 más (7.5 y 5.0 respectivamente), aunque cabe precisar que Matthews tuvo un año muy por debajo de su nivel, considerando su pobre participación en las tackleadas. Por otra parte, esta unidad interceptó 17 pases, la cuarta mayor cifra de toda la liga durante el año pasado. Casi un tercio de ellas corrieron por cuenta de Ha-Ha Clinton Dix, quien tuvo cinco. El safety, con tres años de experiencia profesional, se ha afianzado como un jugador confiable y eficiente en coberturas, tal como lo reflejan esas intercepciones.

Las nuevas caras

Tradicionalmente, los Packers le dan mucho énfasis al draft, que es donde se va renovando el equipo gracias a las selecciones que hacen. En el pasado sorteo, la predilección fue para los jugadores defensivos y luego, los ofensivos. La primera selección, que llegó en segunda ronda, fue invertida en Kevin King, considerado como el mejor esquinero de esta generación. Surgido de Washington, donde pasó sus cuatro años de trayectoria universitaria, sobresalió por sus notables condiciones atléticas, que fueron confirmadas en el último Combine, y por su capacidad para cubrir a receptores de toda especie. Para tener una referencia: en los últimos 100 pases que defendió King, solo uno resultó en touchdown. Como si fuera poco, también alternó ocasionalmente como safety y también en labores ofensivas, jugando como receptor de slot. King es proyectado para ser titular desde la mismísima primera fecha.

Por otra parte, los Packers eligieron a tres corredores en el pasado sorteo. Una decisión sensata, considerando la baja en cuanto a RBs que se dio durante la temporada anterior y que se acentuó en el reciente período de traspasos. Los elegidos fueron Jamaal Williams, de BYU (4° ronda, selección #134); Aaron Jones, de UTEP (5° ronda, selección #182) y Devante Mays, de Utah State (7° ronda, selección #238). Los tres formaron parte de los campamentos previos a la pretemporada y muy probablemente tengan mucha acción durante los partidos del presente mes. No sería descabellado pensar que alguna de estas tres jóvenes promesas pueda quedarse con el puesto de titular, primero para tener establecido a un corredor dentro de los esquemas ofensivos y segundo, para terminar con el experimento de Ty Montgomery jugando en esa posición.

Contrario a lo que ocurre en casi todos los años, el equipo de Green Bay hizo fichajes en la agencia libre. Dos de ellos fueron bien llamativos. En ofensiva, firmaron a Martellus Bennett, quien viene de ser campeón con los New England Patriots. Fortalece al grupo de tight ends, que ya cuenta con Richard Rodgers en su alineación. Bennett tuvo mucha participación con los Pats el año pasado, luego de la lesión de Rob Gronkowski. De hecho, sumó siete touchdowns. Suele ser muy confiable cuando le envían pases y lo es de igual manera cuando lo emplean como bloqueador extra. Aaron Rodgers podría agradecer y mucho su llegada. Además, reforzaron la línea con Jahri Evans, un experimentado guard quien jugó 11 temporadas con los New Orleans Saints, siempre protegiendo a Drew Brees. Sus años de trayectoria pueden ser útiles para ayudar a un grupo de jóvenes linieros que van en ascenso.

Calendario de temporada regular

Los Packers abrirán la temporada jugando tres de sus primeros cuatro partidos en Lambeau Field. Abren recibiendo a los Seattle Seahawks y siete días después, tendrán su única salida de septiembre cuando visiten a los Atlanta Falcons. Finalizarán el primer mes de liga recibiendo a los Chicago Bears en una noche de jueves (28 de septiembre).

Octubre se anticipa muy compleja con dos salidas consecutivas: la primera, a la casa de los Dallas Cowboys y luego, visitando a los Minnesota Vikings, cuyo estadio será la sede del próximo Super Bowl. A fines de ese mes tendrán su semana libre. En noviembre, tienen la revancha con los Bears en Soldier Field y una visita a los Pittsburgh Steelers, la cual será en domingo por la noche (26 de noviembre).

Diciembre tendrá la complejidad que tres de sus cinco partidos serán de visita, dos de ellos consecutivos (Cleveland Browns y Carolina Panthers) y en el último día del año, estarán jugando en la cancha de los Detroit Lions. A priori, se podría decir que Green Bay necesitaría tener una prolífica primera parte de la liga, tomando en cuenta que tendrán muchos partidos de visita en la parte final.

Si logran llegar a diciembre con 9 ó 10 victorias, podrían servir de impulso una eventual clasificación a los playoffs en primer o segundo lugar de conferencia. La localía en enero podría ser clave si los Packers pretenden llegar al 4 de febrero.

Miguel Meléndez

@journalistmike

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