A días de que comenzara la temporada escribí una nota en la que daba mi opinión sobre lo que más me había llamado la atención durante la pretemporada, tanto en lo negativo como en lo positivo (aquí dejo el enlace). Por aquel entonces, el ataque de los New York Giants se llevó el premio (mi premio) a la unidad más desastrosa de la preseason. Pues bien, disputadas ya cinco semanas oficiales de competición se confirma que la ofensiva blue está en horas bajas. Los peores presagios se están cumpliendo. Aún están a tiempo de reinvertir la situación, pero el margen de maniobra cada vez es menor, o se ponen las pilas ya, o se pueden ir olvidando de llegar a enero (mes en el que se disputan los playoff).

Como ya comenté en el citado artículo, hay problemas en todas las líneas del ataque. Pero sin lugar a dudas el peor de los síntomas está en la posición de quarterback. Eli Manning está pasando por uno de los peores momentos de su carrera. Yo personalmente, y dejando las estadísticas a un lado (en 2013 tuvo un más que pobre balance de TD – intercepciones de 18-27), creo que jamás había jugado tan mal como durante este inicio de campaña.

Cierto es que el football es un deporte de equilibrios. El mal funcionamiento del resto de unidades provoca una decadencia en el juego aéreo, y viceversa. Es la pescadilla que se muerde la cola. La inexistencia de la carrera permite a las defensas rivales jugar abiertas y así cerrar líneas de pase, y la inconsistencia en el apartado aéreo posibilita al contrario dejar un jugador que se encargue de manera exclusiva de parar una eventual carrera de largo yardaje. Todo esto es lo que ocurre en los Giants. Además, viendo aderezado por una línea ofensiva demasiado porosa e incapaz de abrir amplios espacios a los corredores. Vamos, que lo tienen todo. Son un auténtico desastre.

Lo llamativo de esta situación, es que presumiblemente el ataque no era considerado un problema, a excepción de puntos y posiciones muy específicas como la falta de un verdadero running back titular. El pequeño de los Manning venía de dejar muy buen sabor de boca el año pasado y la gerencia decidió ascender al que era el coordinador ofensivo, Ben McAdoo, a entrenador principal. Esta decisión pareció coherente, Jerry Reese, el manager general, le daba la alternativa a McAdoo gracias al buen trabajo realizado, y por otro lado, le proporcionaba al coordinador defensivo, Steve Spagnuolo, un arsenal de armas defensivas que le permitieran crear un bloque sólido.

Después de cinco partidos disputados podemos afirmar que se ha dado la vuelta a la tortilla dentro del equipo de la Gran Manzana. Spagnuolo ha sido capaz de cambiar la cara de la defensa mucho antes de lo esperado y ahora el ataque es el lastre. El conjunto azul ha sufrido una involución en su juego. Si atendemos a que el sistema y las piezas son prácticamente las mismas, incluso se han sumado nuevos protagonistas como los receptores Víctor Cruz y Sterling Sheppard, esta disyuntiva es difícil de comprender. ¿Cómo un ataque que jugó bien el año pasado y que ahora tiene mejor supporting cast juega infinitamente peor este año? La respuesta es fácil. El culpable es Eli Manning.

El nivel de juego del mariscal es muy pobre. Las sensaciones que transmite son muy negativas en todos los aspectos. Pases a destiempo, malas decisiones, falta de química con los compañeros, pero sobretodo, una desgana absoluta. Todo esto se ha ido agravando con el paso de los partidos, lo cual es muy preocupante. El pasado domingo, en el Sunday Night Football que se televisa a nivel nacional en Estados Unidos y que les enfrentó a Green Bay Packers, su actuación fue bochornosa. Al final del artículo podréis encontrar una serie de videos con situaciones del encuentro en el que se detallan y aprecian fácilmente sus fallos.

Puede sonar un poco alarmista o exagerado, pero Eli está mostrando indicios de que el ocaso de su carrera está llegando. Puede que sea solo un tema de actitud y que en cuanto deje a un lado su pasotismo, vuelva al nivel que se le presupone. Pero sinceramente, a día de hoy los seguidores de los Giants deberían estar con la mosca detrás de la oreja. Es verdad que el calendario de los Giants no es de los más complicados, y aunque en este momento ocupan el farolillo rojo de su división, aún queda un largo trecho que recorrer. Si Manning despierta de su letargo y el ataque comienza a carburar, tienen razones como para soñar por qué no, en alcanzar la postemporada. Eso sí, los resultados deben llegar este mismo domingo.

No quería terminar sin pegar también un pequeño tirón de orejas a la estrella del ataque. El siempre controvertido Odell Beckham Jr. tampoco es que esté realizando el mejor de sus años. Es el decimoctavo jugador en yardas conseguidas vía recepción. Está más preocupado de los cornerbacks que tienen la misión de defenderle que en desempeñar su propio trabajo. Se pasa la mitad de los partidos peleado, discutiendo en todo momento con sus rivales. Pierde los nervios y lo que es aún pero, provoca que todo el equipo los pierda, y que entren en fases del juego donde desaparecen a través de constantes faltas y penalizaciones. Cada vez son más los gestos contrariados de sus compañeros cuando comienza con sus pataletas. Por el bien suyo y de todo el grupo, debería cambiar su comportamiento radicalmente y solo pensar en jugar como él lo sabe hacer, y así poder regalarnos las magníficas y acrobáticas recepciones a las que nos tiene acostumbrados.

En esta situación se puede apreciar como Eli tiene hasta cuatro posibilidades claras de pase rápido. Dos a las flats (pases laterales), y otras dos que son las que detallo en el video. Una ruta slant (negro) realizada por Tye (número 45), y otra ruta hitch (azul) a cargo de Odell Beckham (número 13). Con el primero de ellos si se completara el pase se ganaría el primer down y con Beckham se obtendría una ganancia mínima pero válida. Manning solo tiene tiempo para leer la ruta de este último pero aunque tiene posibilidad clara de pase, como se puede ver en la segunda secuencia, acaba soltando el ovoide sin destino alguno.

En esta ocasión vemos como Beckham se sitúa como receptor abierto a la izquierda para correr profundo mediante una ruta corner. Será capaz de ganar separación con sus defensores, tanto con el cornerback que empieza con él la jugada como con el safety que le debe defender más adelante. Manning localiza que Beckham está desmarcado, pero lanza lo que se conoce como un overthrow, es decir, le da demasiada fuerza al pase.

En este último video podemos ver como de nuevo OB13 será el objetivo de Manning. En esta jugada realizará una ruta dig (hacia el centro), con el objetivo de conseguir un buen puñado de yardas después de la recepción, lo que se conoce como yardas aftercatch. Manning es capaz de subir en el pocket para evitar la presión que le llega desde el exterior y así poder lanzar cómodamente. Sin embargo, de nuevo vuelve a errar un lanzamiento fácil.

Vídeos grabados y editados a través de Geme Pass de NFL

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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