Año uno post derrumbe en la Superbowl. Los Atlanta Falcons estaban rodeados de cientos de dudas antes de que comenzara la nueva temporda, más que por el nivel de la plantilla por como iban a ser capaces de responder después de la histórica remontada que sufrieron hace ahora doce meses atrás. No es fácil reponerte psicológicamente de un golpe como este. Tener al alcance de tus manos la victoria con la que siempre has soñado para que te sea arrebatada en el último momento.

Estas dudas de las que hablo venían además acrecentadas por el cambio en la dirección de un ataque que lo había roto en 2016. Un ataque que había conseguido números de otro planeta y del que llegó a plantearse si era el mejor que habíamos visto en lo que va de siglo. El cambio de Shanahan por Sarkisian no convencía pero al menos el grueso del roster, lleno de talento en todas las posiciones, seguía siendo el mismo.

Pues bien, desde el primer momento se pudo ver que tanto los fantasmas de la Superbowl como las comparaciones entre las dos ofensivas iban a ser una constante durante toda la campaña. Varios partidos perdidos en el último momento de nuevo con remontadas inexplicables y para más inri contra rivales de menor entidad. Un ataque que no terminaba de arrancar y que se alejaba mucho de los conceptos que tan bien habían funcionado con el ahora entrenador de los 49ers. Todas las interrogantes que surgían en la previa de la Regular Season se estaban poniendo de manifiesto. Mal asunto.

Julio Jones en el drop ante Panthers, vía ESPN

Las críticas hacia Sarkisian han sido constantes desde el mes de septiembre y todas las miradas respecto al mal funcionamiento del ataque han sido dirigidas hacia él. Yo no quiero quitarle responsabilidad, ni mucho menos, pero sí que creo que es necesario comentar que el coordinador ofensivo no ha sido la única pata que ha fallado de la mesa.

Julio Jones estuvo desaparecido durante la primera mitad de la temporada y para un jugador que está en el debate de si es el mejor en su posición es inadmisible que esto ocurra. No sabremos que porcentaje de culpa tendrá él mismo en este asunto y que porcentaje tendrán Sarkisian y Matt Ryan, pero en cualquiera de los casos no creo que sea justificable. Siempre hemos visto wide receivers de su mismo nivel que han funcionado ante cualquier circunstancia. Recuerdo ese drop estando solo en la endzone en un partido ante Carolina y que a la larga les podía haber costado la temporada.

Y ya he nombrado a Matt Ryan y aquí quería llegar yo. Su año ha sido completamente decepcionante, más aun si tenemos en cuento que venía de lograr el MVP. Algunos de sus números son los peores de su carrera y como mayor ejemplo los pases de touchdowns logrados (20), el más bajo desde su temporada rookie. Vale, compro también la idea de que Shanahan supo sacar lo mejor de él. No solo la compro sino que lo comparto, en alguna ocasión ya escribí algo acerca de ello. Pero lo que no puede suceder es que después de un año meteórico en el que algunos incluso lo quisieron colocar en el más alto de los escalones entre los quarterbacks pases a rendir a como un QB promedio de la liga. Ryan está lejos de ser élite y este año ha quedado más que demostrado. Es así de simple. No puedes jugar como lo ha hecho él estando rodeado de jugadores de la talla del Jones, Sanu, Coleman, Freeman o Mack. Inadmisible.

Deion Jones, vía Atlanta Sports

La buena noticia en los Falcons es que finalmente sabieron sufrir y terminaron entrando en los playoffs, donde además dejaron fuera a una de las sensaciones de la temporada. Deben saber encontrar el lado positivo a lo logrado en 2017 y tener presente ante todo que la plantilla es joven y que si Dan Quinn sigue trabajando en esta linea tarde o temprano volverán a tener una gran oportunidad por salir campeones.

Además, la defensa continua el linea ascendente y creo que está a un par de piezas de ser completamente dominante. Deion Jones va camino del estrellato, la secundaria está entre las mejores de la competición y en la linea Grady Jarrett ha terminado de explotar. En cuanto consigan un poco más de pass rush no quiero ni imaginar lo que podría suponer enfrentarse a esta defensiva.

A expensas de lo que pueda pasar esta offseason con el ataque, hay rumores de que Sarkisian se puede ir, el equipo tiene todo para seguir creciendo. Mi enhorabuena a Dan Quinn, quien creo que está haciendo una gran labor desde que llegó a Atlanta demostrando que no solo es un gran coordinador defensivo sino que también está preparado para ser un gran entrenador. La NFC Sur pinta a espectacular durante los años venideros y en gran medida es porque los Falcons tienen todo para ser uno de los cocos de la Conferencia durante mucho tiempo.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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