Inmenso el Monday Night Football de la cuarta semana de competición entre dos de los conjuntos que mejor imagen habían mostrado. Los Washington Redskins venían de pasar por encima de uno de los grandes favoritos como son los Raiders, mientras que Kansas City Chiefs se plantaba como único invicto. Ambos hicieron valer las enormes expectativas que había antes del inicio y nos regalaron el mejor partido de lo que llevamos hasta el momento.

Los capitalinos mostraron todas sus cartas nada más comenzar y en su primer drive ofensivo consiguieron un touchdown en un pase de 44 yardas de Cousins a Pryor en el que decidieron atacar a uno de los mejores cornerbacks de la liga como es Marcus Peters. Los Redskins habían llegado dispuestos a dar otro golpe sobre la mesa y demostrar al resto de equipos que lo de la semana pasada no fue casualidad. En la siguiente posesión y tras un tres y fuera de los Chiefs, volvieron a anotar, pero esta vez tuvieron que conformarse con un field goal desde la yarda 2 rival después de que la defensa de Chiefs entregase su carta de presentación al partido completando una goal line stand de gran valor.

Después de este 10-0 inicial tuvimos cuatro drives consecutivos en los que las ofensivas sudaban sangre para avanzar cada yarda mientras que eran las defensas imponían su ley a base de golpes. Por parte de los visitantes destacaba un duro front seven en el que los cuatro de delante se devoraban en cada snap a la línea ofensiva de los Chiefs, mientras que los esquemas zonales que proponía  Bob Sutton con su defensa comenzaban a ser más complicados de leer para Cousins y el ataque de Washington.

Pero poco antes de llegar al descanso despertó el ataque de Kansas City dirigido por un excepcional Alex Smith, quien está jugando a un nivel altísimo este año. No sabemos si será por la amenaza de tener a Patrick Mahomes amenazando su puesto de titular o porque Andy Reid le ha soltado la cadena, pero el quarterback está alcanzando posiblemente el pick de su carrera. Smith sigue manteniendo su capacidad para evitar errores y regalar intercepciones pero sin duda se le está viendo más agresivo que nunca. Tenemos un buen ejemplo en el único pase de TD que sumó esta noche con Travis Kelce recibiendo en la ruta post estando con un defensor pegado mientras había otro receptor (88) solo en la zona intermedia llamada hook. Los Chiefs tendrían otra oportunidad para sumar puntos previo al intermedio después de una serie vertiginosa de menos de un minuto en la que el nuevo kicker, Harrison Butker, fallaría un field goal de 46 yardas haciendo recordar al recién despedido por la franquicia esta misma semana, el kicker brasileño Cairo Santos.

En la reanudación Alex Smith, con la colaboración de Kareem Hunt y una defensa de Redskins poco disciplinada (deben aprender a manejar el exceso de agresividad ya que cometen demasiadas infracciones), volvió a atravesarse el emparrillado para esta vez sumar él mismo el TD vía terrestre en una option play en la que engañó completamente a todos los rivales para entrar sin oposición en la endzone. Después de un inicio prometedor, Washington veía como estaba por debajo en el marcador y siendo superado por unos Chiefs que saben adaptarse a cualquier tipo de partido.

La pregunta era saber si los pupilos de Jay Gruden serían capaces de reinvertir la situación y la respuesta no se hizo esperar, tres jugadas más tarde los Redskins habían empatado nuevamente un encuentro que estaba alocado. Cousins sumó su segundo pase de touchdown de la noche en un lanzamiento a Ryan Grant de tres yardas, pero la jugada clave fue una atrapada del eterno Vernon Davis ganándole a Justin Houston en la cobertura y corriendo hasta casi llegar a la línea de gol de Kansas City.

Entonces el partido entró en esa fase diésel que tanto le gusta a los Chiefs y en la que tratan de propinar al rival una muerte lenta. La máquina entró en funcionamiento aprovechándose de una agotada y debilitada defensa de Redskins (sufrieron hasta seis lesiones a lo largo de la noche) para completar dos drives Made in Andy Reid de 7:38 y 8:06 minutos respectivamente. No obstante, y para ser fieles a las malas costumbres, ambos drives terminaron en sendos field goals, dejando así que tuviera que ser a defensa una vez más la que pusiera la puntilla final.

Y aquí apareció un Kirk Cousins desatado en esa versión que muy pocas veces hemos visto, la versión del “you like that!”. Jugándose su propio pellejo consiguió dos primeros downs consecutivos en dos jugadas rotas demostrando que esta vez no se iba a arrugar ante un final cerrado. Sin embargo, su compañero Josh Doctson tenía otros plantes entre manos. El receptor le aguó la fiesta dropando un precioso pase en tercer down que habría supuesto ponerse cuatro puntos por delante con menos de un minuto por jugarse. El lanzamiento de Cousins fue perfecto, nada que reprochar al quarterback. En cualquier caso field goal anotado, partido empatado y todo el mundo conteniendo la respiración (y algunos de nosotros deseando que se fuera al overtime para seguir disfrutando del show).

Sin embargo, el “nuevo” Alex Smith no estaba dispuesto a que el encuentro continuase y en un abrir y cerrar de ojos, con dos pases de mucho mérito, colocó a los suyos en field goal range, entregando en bandeja de plata la oportunidad a Butker de redimirse del falló del primer tiempo y asegurarse la continuidad en el equipo. Esta vez el kicker acertó para delirio de una grada que terminó de venirse abajó cuando en una última jugada a la desesperada de Redskins el enorme Justin Houston recuperó un fumble retornándolo hasta el touchdown, poniendo en el luminoso el 20-29 definitivo. Excelso esfuerzo de dos equipos que a buen seguro darán mucho que hablar a lo largo del año, pero que de momento nos han regalado un partidazo en el que ninguno de los dos se mereció perder pero en el que los Redskins aprendieron la lección de que 60 minutos en Arrowhead son molto longos.

PD: Kareem Hunt es una bestia

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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