Si quedaba aún algún valiente que creyera que los Jacksonville Jaguars tenían capacidad suficiente para revertir su situación, a estas horas habrá perdido ya toda esperanza. Y es que después de la bochornosa imagen ofrecida en el último Thursday Night Football se me hace imposible imaginar que haya nadie capaz de defender un proyecto que está completamente defenestrado.

Lo del último partido que les enfrentó contra los Tennessee Titans, en un duelo directo dentro de la pobre división AFC Sur, fue algo dantesco. Para el que no haya visto el partido, y haya recurrido a las estadísticas para tratar de comprender lo que sucedió, se habrá llevado una imagen totalmente errónea de lo que sucedió sobre el Nissan Stadium de Nashville. Fue el clásico encuentro en el que las estadísticas finales no son ni de lejos el fiel reflejo de lo realmente ocurrido.

Para que os hagáis una idea, Blake Bortles terminó con 33 pases completados de 54 intentos para 337 yardas con 3 touchdowns y ninguna intercepción. Estos datos como tal son excepcionales, un indicador de que el quarterback ha realizado un partido casi perfecto. Nada más lejos de la realidad. Son estadísticas infladas durante los últimos quince minutos, cuando el encuentro estaba más que decidido para los Titans, que se dedicaron única y exclusivamente a dejar pasar el tiempo. La cruda verdad es que en algún momento del tercer cuarto los dos running backs de Tennessee, Murray y Henry, llevaban combinadas más yardas que el total del ataque de los Jaguars. Y a falta de 5 minutos para el final del partido el marcador era de 8-36 para Titans.

La ofensiva del equipo de Florida es un total desastre. Y no me centro solo en este partido, en el cual fue incapaz de mover en ningún momento las cadenas. Me resulta completamente imposible encontrar algún punto positivo. Mucho se habló el año pasado que por fin la franquicia había encontrado su mariscal de campo, el cual lideraba un ataque que contaba con diversas armas y que era una máquina de anotar. Pues bien, todo fue un espejismo muy parecido a lo de anoche. Los Jaguars son un equipo que está abonado a las derrotas continuas y abultadas, las cuales les permiten maquillar marcadores y stats durante los instantes finales de los encuentros.

No existe ningún tipo de equilibrio. Es inexplicable tal sobre explotación del pase cuando en tu backfield cuentas con dos corredores como Yeldon e Ivory. Es cierto que en el TNF el enfrentamiento se puso muy cuesta arriba desde el principio, pero para mí es intolerable que entre ambos acumulen un total de 7 carreras. Podría hacer un esfuerzo e intentar entender esto, si mostraran un juego aéreo dominante, pero esto es algo que ni mucho menos está ocurriendo. Bortles está sufriendo una involución en su técnica y a día de hoy sufre una dependencia total Allen Robinson, al cual se le vio este jueves en la banda totalmente desesperado ante esta situación.

En el lado de la defensiva las cosas no es que estén ni mucho menos mejor. Cierto es que yo he notado un ligero aumento de nivel respecto a la temporada pasada, pero es algo obvio si atendemos a los refuerzos que llegaron durante la offseason. Fowler, Jackson, Ramsey y Jack entre otros, son jugadores de gran talento que por el simple hecho de estar dentro del campo te van a dar alguna jugada productiva. No obstante, para la calidad que atesoran no es ni de lejos suficiente la prestación que están ofreciendo.

Con estas adquisiciones yo esperaba que la defensa, la que era el talón de aquiles del equipo, pegara un gran salto este año y se situara muy próxima a las mejores de la competición. Una muy mala predicción, pues a día de hoy, aunque es capaz de limitar en cierta medida las yardas que recibe, es la séptima que más puntos encaja por encuentro. En concreto, lo de este último partido fue una masacre. Hicieron que el de los Titans pareciera un ataque élite, siendo avasallados de principio a fin. Algunas de las anotaciones y jugadas que recibieron hacían daño a los ojos. Voy a destacar entre todas ellas dos jugados, pero podrían ser infinitas.

2° cuarto (15:00), 1&10 en JAC 36 / Game Pass
2° cuarto (15:00), 1&10 en JAC 36 / Game Pass
2° cuarto (7:18), 1&10 JAC 14 /Game Pass
2° cuarto (7:18), 1&10 JAC 14 /Game Pass

Jacksonville es un equipo mal entrenado mires por donde lo mires. Ataque, defensa y equipos especiales. No hay nada que se salve. Y cuando en un proyecto todo, absolutamente todo, funciona mal, las miradas tienen que ir dirigidas hacia el principal responsable. En este caso no es otro que el head coach Gus Bradley, quien lleva cuatro años al mando del equipo sin haber conseguido nada bueno. Si bien durante los primero años al cargo no disponía del suficiente talento, ahora no tiene excusa. Si repasáis unidad por unidad cuenta con grandes nombres en todas y cada una de las líneas.

Los Jaguars tienen una absoluta falta de disciplina. Son constantes los partidos en lo que los jugadores cometen faltas absurdas que les penalizan, y hay una ausencia total de fundamentos, tanto tácticos como técnicos. Son el ejemplo perfecto de lo que es un equipo mal entrenado, no hay por donde tomarlo. Si visitáis la web de NFL Chile sabréis que tuve la suerte de presenciar en Londres el partido que les enfrento a Colts (aquí os dejo el reportaje), en el que a pesar de que consiguieron la victoria, pude confirmar que efectivamente son una auténtica banda. Los errores constantes que cometen se acusan mucho más en vivo. Tuve la impresión que en algunas jugadas eran menos jugadores en el emparrillado, y efectivamente, cuando me puse a repasar el video del partido, pude confirmar esta sensación. Aquí os dejo una imagen.

Colts-Jaguars / Game Pass
Colts-Jaguars / Game Pass

En un equipo profesional esto es totalmente inadmisible. La gran incógnita que tengo, y que creo que tenemos todos, es por qué Bradley sigue siendo el entrenador. No entiendo cómo ha sido capaz de conseguir una oportunidad tras otra. Supo sobrevivir durante la temporada baja, pero a día de hoy nadie sabe porque sigue el frente de la franquicia. No solo no ha sido despedido después del último partido, sino que nada más finalizar fue reafirmado en su puesto. Personalmente y si de mí dependiera, le hubiera puesto de patitas en la calle al minuto cero de haber terminado el encuentro.

Sabemos que este tipo de afirmaciones por parte de gerencias y dueños hay que cogerlas con pinzas, ya que pueden cambiar de opinión en cualquier momento. Además, no vas a confirmar un despido sin antes tener más o menos atado a otro entrenador. Veremos como transcurren las próximas horas, pero cada vez son más las voces que piden su destitución. Desde aquí, hago campaña para que aterrice en Jacksonville un viejo conocido de la afición, el mítico Tom Coughlin. Eso sí, debería llegar acompañado por algún coordinador ofensivo que ofrezca suficientes garantías. Esta no es más que mi humilde apuesta, pero si hay algo claro a día de hoy en Jaguars, es que el proyecto actual está más que muerto, por lo que deberían enterrarlo bajo tierra a cientos de metros.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

About Author

Comments

comments