Llegamos al ecuador de la temporada, estamos entrando en noviembre, mes en el que se confirma qué equipos se descuelgan definitivamente de la carrera de playoff. En los tres-cuatro próximos partidos se definirá el grupo de conjuntos que pelearán durante el último mes de competición por entrar en la postemporada. Llegado este punto, muchas franquicias ya estarán con la cabeza puesta en el draft (tanking) y en el próximo curso, pero otras tantas tendrán una lucha encarecida, bien por ganar su división o bien por hacerse con una plaza de wild card.

Hacía este último grupo van dirigidos los cuatro equipos de la División Oeste de la Conferencia Americana. De hecho, se podría decir que esta lucha existe desde la misma semana uno. Raiders, Broncos, Chiefs y Chargers conforman la que a día de hoy es la división más fuerte de toda la NFL. Y no solo porque sea la que mayor porcentaje de victorias acumula entre todos, con un 0.647, sino por las sensaciones que transmiten todos ellos domingo tras domingo.

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Los cuatro quarterbacks de la AFC Oeste, vía si.com

Se muestran como equipos muy serios y difíciles de ganar. Sin ir más lejos, esta última jornada tres de ellos consiguieron la victoria, Denver, Oakland y Kansas City. El cuarto en discordia, San Diego, no lo hizo porque se enfrentaba a los Broncos. Cada enfrentamiento divisional es a vida o muerte. Cualquier triunfo frente a un rival directo vale el doble, ya que no solo consigues un triunfo más, sino que sumas una unidad en el casillero de derrotas del otro conjunto.

Los partidos que han disputado hasta ahora entre ellos, han sido de alto voltaje, a excepción del Kansas City-Oakland de la semana seis, en el que los Chiefs barrieron del mapa a unos Raiders desconocidos, bajo un fuerte temporal. En los otros cuatro duelos, la diferencia media de puntos con la que un equipo se impuso al otro es de 6,25, es decir, menos de una anotación. Todo hace indicar que se van a estar quintando victorias los unos a los otros. Aún quedan por disputarse siete partidos entre ellos, lo cual les puede pasar facturar de cara a conseguir una de las dos plazas de wild card.

Si salimos de los enfrentamientos divisionales, los cuatro equipos suman un balance de 15-6, dato que confirma la superioridad de la AFC Este. La división ha dado un vuelco respecto a la temporada pasada, en la que Raiders y Chargers terminaron con records negativos. Este año el cuento es otro. El nivel ha aumentado y ninguno de los cuatro se puede considerar como un rival menor. El resto de la liga, y sobretodo de la conferencia en la que están encuadrados, debe echarse a temblar la semana que les toque enfrentar a cualquiera de estos conjuntos.

OAKLAND RAIDERS (6-2)

La sensación de la temporada. El equipo “pobre” de la bahía a día de hoy no solo es la revelación del año, sino que es la principal atracción. La franquicia de moda en la NFL. Ya le tocaba, pues lleva dando tumbos durante más de una década. Son trece años sin disputar un partido de playoff. Ni tan siquiera han estado cerca, ya que en todo este tiempo no han logrado pasar del tercer lugar de la división.

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Khalil Mack, vía endzonescore.com

Defensívamente no son ninguna maravilla. Es la segunda peor defensa en yardas permitidas por partido, y a pesar de haberse reforzado con jugadores importantes tanto en la agencia libra como en el draft, no terminan de arrancar. De la sensación que continúan siendo Khalil Mack y diez más. Ni Jack del Río ni sus asistentes en esta faceta han dado con la tecla, lo cual es muy preocupante puesto que se supone que esta es la especialidad del head coach.

No obstante, los Raiders viven completamente de su ataque. En concreto del juego de pase. Ya se empiezan a oír voces que piden el premio MVP para Derek Carr, y no es para menos. El quarterback dirige una ofensiva que se sitúa en el top-5 en todos los apartados estadísticos importantes. En lo individual, no le puede ir mejor. Se está confirmando como una realidad, un mariscal que puede llegar a ser élite. Cada partido juega mejor que el anterior, con una valentía y un saber estar que le hacen parecer veterano.

Si nos fijamos únicamente en las estadísticas y vemos solo los highlights de cada partido, podríamos hacernos  la idea de que estamos ante un ataque explosivo. Pero si se detienen a ver un partido completo de Oakland, podrán comprobar que la ofensiva es una de las más sostenidas de la competición. Además, cuenta con una pareja de receptores que hoy por hoy es la que está en mejor forma. Amari Cooper y Michael Crabtree están de dulce. Suponen un auténtico quebradero de cabeza para las secundarias rivales, ya que deben ser capaces de parar a dos wide receivers Pro Bowl a la vez. Suerte con ello.

DENVER BRONCOS (6-2)

El actual campeón proyecta el mismo record con el que terminó la última temporada regular, y el cual le valió para ser el seed 1 de la conferencia. Ya sabemos de la importancia de jugar como local en postemporada. Mile High fue un auténtico fortín en los playoffs del año pasado, por lo que el equipo de Colorado luchará hasta el final por intentar repetir la ventaja de campo. Personalmente creo que van a sufrir para llegar a jugar en enero, pero si alcanzan este objetivo, se convertirán en el equipo más peligroso.

No hace falta que os diga lo buena que es la defensa de Denver. Ya es algo que todo el mundo sabe. Continúa siendo la principal valedora de las victorias que consigue el equipo, a pesar de que hay alguna faceta en la que ha empeorado este año, lo cual también es normal. El nivel de perfección mostrado en los playoff es imposible de mantener, pero recuerdo que el año pasado también fueron de menos a más.

Von Miller, vía espn.com
Von Miller, vía espn.com

Está sufriendo por el centro con el juego de carrera por culpa de las bajas de Trevathan y Malik Jackson, pero cada día que pasa Wolfe está demostrando ser mejor jugador y capaz de hacer olvidar a sus ex compañeros. Respecto al resto de líneas ningún pero. Ver jugar a esta secundaria es un auténtico lujo y el pass rush con Von Miller está asegurado siempre. Además, acaba de regresar Ware tras su lesión.

Respecto al ataque, más de lo mismo. No ha cambiado mucho respecto al del año pasado. Es cierto que hay nuevo quarterback, Siemian, pero este ofrece la misma garantía (poca) que el último Peyton Manning. La línea ofensiva ha mejorada ligeramente y el juego de carrera con Kubiak al final termina funcionando siempre, sea quien sea el corredor.

Al final en Denver se lleva repitiendo la misma historia desde hace un año y medio. Si el ataque es capaz de minimizar los turnovers, solo deben esperar a que la defensa haga su trabajo. Ya no vale decir que esto no es llevadero, pues por más que nos hemos empeñado en hablar de ello, Wade Phillips y sus pupilos lo siguen haciendo. Siguen dominando a cualquiera que ose ponerse delante de ellos.

KANSAS CITY CHIEFS (5-2)

El equipo antagónico a los Raiders. Como cada año, desde que aterrizó Andy Reid en Misuri, pasan por la liga bajo el radar. Nadie habla y opina de ellos. Ni bien, ni mal, simplemente es un equipo del que no se habla. Pero ellos a lo suyo, partido a partido (victoria a victoria) y camino hacia una postemporada más con este gran entrenador. Aún les queda un gran camino por delante, pero este año parece incluso que hayan dado un paso firme por ser un contendiente real al Superbowl.

Derrick Johnson, vía kansas.com
Derrick Johnson, vía kansas.com

La defensa colapsó en un partido muy raro contra el sensacional ataque de Steelers, pero también se impuso a otras ofensivas de garantías como las de Oakland e Indianápolis. Comenzaron muy flojos en lo que a la presión frente al quarterback se refiere, pero en los últimos partidos han espabilado, hasta llegar a conseguir seis sacks el pasado domingo. Además, hay que tener en cuenta que su jugador estrella se ha mantenido ausente. Justin Houston se está recuperando de la lesión que le ha impedido debutar está campaña. La buena noticia es que hay muchas esperanzas de que llegue para el final de la regular season. De ser así, llegará fresco al tramo más importante de la temporada.

El ataque es el que ha crecido respecto a años anteriores. Alex Smith es la clave en esto. No es que haya mejorado su juego en lo relativo a la técnica o lecturas, sino que simplemente está haciendo lo que todos sus detractores reclamaban de él, ser más atrevido. Está soltando su brazo algo más de lo habitual, lo que ayuda a dar una nueva dimensión a este ataque. En el último encuentro salió tocado con una conmoción, por lo que habrá que ver como evoluciona. Nada hace pensar que se vaya a perder varios partidos, pero de ser así, el equipo se reforzó con Nick Foles en el puesto de backup, un viejo conocido de Andy Reid.

Nadie duda de la consistencia de la ofensiva y del equipo en general durante la temporada regular, pero la gran pregunta es si llegados a playoffs (si es que lo logran) serán capaces de aumentar una marcha más.

SAN DIEGO CHARGERS (3-5)

Por su balance es el patito feo de la AFC Oeste. Su record no hace justicia al juego que vienen demostrando desde la semana uno. Han perdido partidos, que tenían ganados, de las formas más insospechadas, y esta inconsistencia es lo que más me preocupa de cara a querer luchar con el resto de titanes de la división. Parece que la surte les ha sonreído en las últimas fechas, pero tienen en contra que apenas cuentan con opción al fallo. Sus cinco derrotas les obligan a ganar casi todo lo que les queda de aquí en adelante. Es un error fiarse del calendario, pero es cierto que lo que se les viene hasta el final de temporada regular, y a excepción de los enfrentamientos divisionales, a priori es bastante asequible.

Joey Bosa tras sack a Matt Ryan, via washingtonpost.com
Joey Bosa tras sack a Matt Ryan, via washingtonpost.com

La defensa ha mejorado considerablemente respecto a la que vimos jugar hace un año. Esta afirmación se pudo hacer desde el inicio de la campaña. Pero el hecho a destacar es que desde que se incorporó Joey Bosa, la selección global número tres del último draft (las dos primeras fueron QBs), el salto de nivel ha sido gigantesco. Bosa está demostrando desde el primer día que es el mejor jugador de la última clase llegada del college football. Es una auténtica bestia, con un arsenal de recursos casi infinito, que le permite asediar el pocket en todos los snaps. Ya sale en algunas quinielas como posible mejor defensa del año. Yo no rookie, sino global. Tremendo

Phillips Rivers está jugando como los ángeles. Es verdad que en el último encuentro sufrió mucho, lanzando hasta tres intercepciones, pero es que se enfrentaba a la todo poderosa defensa de Broncos. El único pero que se le puede poner es que se va de todos los partidos durante algún tramo de los mismos. Tengo la sensación que es una mala pasada que le juega su fuerte carácter. Si tiene algún mal drive se ofusca durante un rato, sin ser capaz de superarlo de manera instantánea.

En el juego de carrera perdieron a Woodhead por lesión para todo el año pero están de enhorabuena con Melvin Gordon. El running back de segundo año está jugando todo lo bien que se espera de alguien que es drafteado en primera ronda. Va a touchdown por partido y parece haber superado sus problemas con los fumbles. El mayor inconveniente del ataque, el cual se ha sobrepuesto a todas las lesiones que han sufrido,  es la línea ofensiva. Esta unidad ha entrado en fase de regresión respecto a los primeros partidos y cada vez sufre más. Es extremadamente importante que se sobrepongan, ya que la extraña técnica de pase que tiene Rivers, obliga a que este necesite algo más de tiempo de lo habitual para ejecutar el release. Ahora se les viene Titans, Dolphins y la semana de bye por delante, por lo que tienen una buena oportunidad de llegar al tramo final del año habiendo mejorado este aspecto.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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