Esta temporada estamos presenciando un fenómeno extraño en la NFL, un acontecimiento paranormal que nadie esperaba, y es que la defenestrada posición de kicker está tomando un cariz mucho más relevante de lo que hemos visto durante muchos años. Nos estamos dando cuenta de que estos especialistas tienen una gran importancia dentro de las plantillas de fútbol americano, y que no es baladí el hecho de decidir cuál será el jugador elegido para ocupar ese puesto en el roster.

Hace dos semanas fuimos testigos del clímax de esta situación. Entre el domingo y el lunes se fallaron hasta un total de 12 puntos extras. Sí, doce, una barbaridad que no se había visto nunca desde que la NFL y AFL decidieron fusionarse y crear una sola competición. Jamás se habían tirado a las basura tantos extra points en una sola jornada. A eso hay que sumarle otros seis goles de campo que también se desperdiciaron. Todo esto hizo que varios medios especializados denominaran a la semana como la del “Síndrome de Blair Walsh”.

Blair Walsh en el falló del partido divisional del año pasado, vía USA Today
Blair Walsh en el falló del partido divisional del año pasado, vía USA Today

El ex de Minnesota Vikings había sido despedido unos días antes después de haber “regalado” al equipo una actuación bochornosa tras otra. Desde que empezó la campaña no había encuentro en el que no mandara al garete o bien un extra point o bien un field goal asequible. Todo ello unido al famoso gol de campo, que con el tiempo reglamentario ya consumido, erró en el cruce divisional de los playoff del año pasado antes los Seattle Seahawks, y que les hubiera permitido pasar de ronda. Nunca fue capaz de superar este fallo, el cual le iba a perseguir mientras siguiera jugando para la franquicia de Minneapolis.

Lo que le ha ocurrido a este jugador nos hace darnos cuenta del tipo de trabajo que tienen los pateadores. Ellos (junto con punters y long snappers) funcionan aparte del resto de compañeros dentro de un mismo conjunto. No entienden ni de playbooks ni de estrategias. Su trabajo es muy simple, que no fácil, tienen que meter el ovoide entre dos palos siempre que el partido lo requiera. Punto y final. Ellos no compiten contra 11 enemigos, sino que lo hacen contra ellos mismos. Cierto es que la manera de golpear el balón tiene su técnica, la cual deben entrenar con el objetivo de mejorar tanto la precisión como la potencia, pero me atrevería a decir que el punto más determinante y diferencial reside en lo psicológico. Los kickers están jugando constantemente un partido contra ellos mismos. Tienen una lucha permanente contra su propio “yo” que les dice que no serán capaces de atinar con el golpeo. Como hemos podido comprobar, un fallo tan importante como el que le ocurrió a Walsh en la postemporada pasada, puede cavar la tumba como profesional de un pateador. Y no es que a raíz de una jugada así el kicker pase a ser malo y se olvide como chutar, sino que mentalmente no logra sobreponerse, lo que le lleva bajar su eficacia de manera alarmante.

Roberto Aguayo, vía Tampa Bay
Roberto Aguayo, vía Tampa Bay

En la actualidad estamos viviendo dos casos similares a los de Walsh. No llegan a ser tan extremos, pero el bache por el que pasan también se debe a un hecho  meramente psicológico. El primero de ellos es Roberto Aguayo, el pateador rookie de los Tampa Bay Buccaneers. Su equipo lo eligió en el último draft subiendo hasta la segunda ronda, hecho que dejó anonadados a propios y extraños. El mexicano que venía con la vitola de ser el mejor kicker en la historia del College Football, está sufriendo la presión de haber sido seleccionado con un pick tan alto por el que además los Bucs realizaron un trade. Durante las últimas fechas ha mejorado pero su inicio como profesional no está siendo fácil. Acumuló muchos fallos desde la misma pretemporada, lo que incluso genero voces de un posible corte apenas transcurrido un mes de competición.

Otro que está atravesando un momento muy malo es el pateador de New England Patriots. Stephen Gostkowski ha pasado de ser considerado para muchos como el mejor en su posición a generar ciertas dudas. Los aficionados patriotas ya no tienen todas consigo cuando ven salir al emparrillado a su kicker. Lo que antes sabían que sería un gol de campo o extra point seguro ahora ya es una incertidumbre. Gostkowski está teniendo los peores porcentajes desde su temporada de novato y la respuesta al porqué de su bajada de nivel es muy sencilla. En la última final de conferencia disputada mandó fuera un punto extra al inicio del partido que a la larga fue determinante para el resultado final. Una vez más, nos encontramos con un caso en el que la presión mental que recibe directa o indirectamente influye negativamente en su trabajo.

Una vez argumentado el que es para mí el mayor problema por el que pasan los kickers, os preguntaréis si la cantidad de fallos que estamos presenciando domingo a domingo no puede deberse a una bajada global en el nivel de los mismos. La respuesta es un NO categórico. Simplemente debemos remitirnos a las estadísticas. Como he comentado, esta posición solo entiende de eficacia, el FG o EP es bueno o no. No hay lugar a dobles interpretaciones o a poner en el contexto del equipo la mejor o peor imagen que pueda ofrecer un pateador.

Si nos dirigimos a las estadísticas, no solo veremos que no existe tal disminución de nivel, sino que podemos comprobar que nos encontramos ante la época dorada de los kickers. Esta temporada está siendo la cuarta mejor de la historia en porcentaje de goles de campo anotados con un 84%, aspecto del que podemos encontrar información nada más y nada menos que desde 1.938. En relación a los famosos extra points, es cierto que la efectividad ha disminuido considerablemente desde un 99% de hace dos años hasta un 93,8%, pero hay que tener en cuenta que la distancia de este chut aumento el año pasado, pasando a ejecutarse desde la yarda 2 a la 15. Esto hace que el pateador ejecute la patada desde la yarda 31 aproximadamente. ¿Y que nos encontramos cuando vamos a buscar el porcentaje de acierto en field goals desde esa distancia?, pues que es del 93,75%, exactamente idéntico, todo normal.

La eficacia en esta disciplina ha aumentado gradualmente año tras año, sufriendo un salto cualitativo a principios de siglo, cuando se comenzaron a anotar 8 de cada 10 intentos. Debajo podéis observar una tabla la cual acaba con todo tipo de dudas. El porcentaje de acierto desde cualquier rango de distancia ha ido constantemente en ascenso, hasta llegar a unos niveles hace varias décadas inimaginables. Y por si esto no fuera suficiente, hay otro dato que confirma toda esta información. Los cuatro kickers con mejor porcentaje de acierto juegan en la actualidad: el propio Gostkowski, Hauschka (Seahawks), Tucker (Ravens, el cual no ha fallado ni un tiro este año) y Bailey (Cowboys, quien lidera la clasificación histórica como el único jugador con un éxito mayor al 90%). Aún hay más, de los 20 mejores pateadores de la historia 13 se mantienen en activo.

Porcentaje de acierto en el FG por distancia y por años, vía PFR
Porcentaje de acierto en el FG por distancia y por años, vía PFR

En definitiva, la posición de kicker no está ni mucho menos en horas bajas, sino que está pasando por un momento dulce. Lo de hace diez días fue mera casualidad, la cual nos ayudó a darnos cuenta que no debemos menospreciar esta posición, ya que cualquier punto puede ser de extrema importancia en el resultado final de un partido. Sino que se lo digan a los Baltimore Ravens, a quienes Justin Tucker les ha permitido sumar la escalofriante cifra del 44% de sus puntos en lo que va de temporada. Ellos, mejor que nadie, saben que tener un kicker bueno es tener un tesoro.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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