Mucho se habló en la previa del partido de que la presencia de Ezekiel Elliot cambiaba por completo las aspiraciones de cada uno. No voy a ser yo el que cometa el error de afirmar con rotundidad que detrás de la línea ofensiva de Dallas Cowboys corre cualquiera, como muestra el partidazo que se cascó anoche Zeke, pero estoy convencido que los tejanos hubieran ganado aunque el genial corredor no hubiera estado sobre el emparrillado. La razón, nada que ver con su ataque sino más bien con el del rival.

Beckham este domingo en la banda, vía Yahoo Sports

La ofensiva de New York Giants dio pena hasta niveles insospechados. Yo, desde el sofá de mi casa, sentía vergüenza ajena por lo que sucedía en el mastodóntico AT&T Stadium cada vez que saltaba al campo Eli Manning y compañía. El “gurú ofensivo” (¿) Ben McAdoo declaró en rueda de prensa que nada del ataque había funcionado y que tendrían que repasar el tape del partido para ver cómo podían mejorar. Se oirá mucho esta semana que no jugó la mega estrella del equipo Odell Beckham Jr., cierto, pero ni con cinco OBJ se arregla este desaguisado.

Los de la Gran Manzana jugaron sin línea ofensiva, sin quarterback, sin backfield y sin playcall, así de sencillo. Los peores augurios de offseason se confirmaron de golpe y plumazo a las primeras de cambio. La OL juega directamente sin tackles en un intento de reinventar el football y lo más sorprendente es que no han hecho nada durante la temporada baja para tratar de remediarlo. El backfield carece de talento, algo que ya sabíamos, y con suerte la dupla formada por Perkins-Darkwa alcanzó la tres yardas por acarreo. La WCO que ejecutan bajo el mando de McAdoo es más agarrada que una pelea de ciegos, practican un juego que es imposible que sea más amarrategui. Está muy bien que quiera revisar la cinta para ver que errores cometieron, pero por favor McAdoo, evalúa un poco el trabajo que estás haciendo, que llegaste a New York con la vitola de ser un gran conocedor del juego ofensivo y a esta paso vas a tener que salir de la ciudad de los rascacielos a nado.

Y Eli, que puedo decir de él que ya no haya dicho desde el año pasado. Guardaba cierta esperanza en el hecho de que quizá tuvo un bajón puntual en 2016 y que esta campaña regresaría con un nivel, digamos, decente. Nada más lejos de la realidad. Eli esta para retirarse, su caída sin paracaídas parece no tener remedio y lo de este domingo fue, como decirlo sin ser muy duro…bochornoso. Dejo un pequeño video analizando la jugada de la intercepción.

Con todos estos problemas señalados no debemos extrañarnos dos datos que resumen a la perfección el partido: El primero, Eli tiene 29 pases completados de 38 intentos pero solo 4 (2 de ellos en el último minuto maquillando estadísticas) pasan de las 10 yardas. El segundo, la cantidad de tres y fuera en los que incurrieron. En total fueron cinco de nueve drives, ocho si tenemos en cuenta la última serie que de nada valía con la que se cerró el duelo.

Esto último es extremadamente peligroso contra un conjunto como el de los Cowboys, al que si le das la oportunidad de amasar el tempo del partido te aniquila. El Equipo de América fue un fiel calco al de la temporada pasada, basado en series de ataque largos a lomos de Zeke y una defensa que sale al 120% cada vez que salta al campo. Suficiente contra unos inofensivos Giants.

Sean Lee, vía Dallas Cowboys

En defensa Sean Lee continúo dominando como él lo sabe hacer. Cayó bien en cobertura cuando fue necesario, fue un gran baluarte deteniendo los pocos acarreos que el rival intentó, incluido un tackle for loss que fue una delicia, y lideró una defensiva en la que la gran noticia fue el debut de Jaylon Smith, linebacker drafteado en 2016 y llamado a marcar una época si el físico le respeta. No obstante, prefiero mantenerme escéptico ante lo que puede dar de sí esta defensa, ya que sigo pensando que tienen carencias importantes, sobre todo en el pass rush y en la secundaria, y visto el rival que tenían enfrente este domingo hay que evitar cualquier sobrerreacción.

Respecto al ataque ya he comentado que Zeke brilló con luz propia, sobrepasando una noche más la barrera de las 100 yardas acarreando el ovoide y añadiendo otras 36 vía aérea. Dak Prescott tuvo un partido normalito, lo vi errático en los pases que tenía que forzar pero no por ello dejó de completar algún que otro tercer down complicado y correr con determinación cunado la jugada lo requirió. No obstante, tengo la sensación de que Jason Garrett se sigue empecinando mucho en su intención de darle protagonismo a Dak, como demostró en una situación junto a la goal line de Giants en la que ordenó tres jugadas de pase consecutivas sin que ninguna de ellas llegará a buen puerto. Los Cowboys deben correr, correr y correr, no entiendo las ganas que tienen de complicarse.

El resultado final de 3-19 se me antoja muy corto para lo que se vio dentro del terreno de juego. Los Giants deben agradecer esto a una defensa que nuevamente volvió a estar descomunal pero que terminó desfondada como es normal cuando no obtienes la mínima ayuda por parte de tu ataque. Entre los destacados un Janoris Jenkins que le ganó la partida nuevamente a Dez Bryant en la batalla más bonita que pudimos ver durante todo el encuentro. Hoy lunes más, y esperemos que mejor, ya que el primer Sunday Night Football del año fue algo descafeinado.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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