La chiripa que le había acompañado a John Elway desde que se hizo cargo de la dirección deportiva de Denver Broncos parece que está llegando a su fin. Era de esperar que la filosofía de pensar solo en el hoy en una competición tan dura como la NFL terminaría golpeándole en la cara. Y no quiero quitar ningún mérito a la gestión y la dirección tomada hasta ahora, las cuales les han llevado a ser aspirantes perennes durante el último lustro, pero a día de hoy la sensación que percibo del equipo es que están más cerca de una reconstrucción que de volver a pelear con los más fuertes de la liga.

Una reconstrucción que ya ha llegado al staff, en el que tanto head coach como coordinadores principales se estrenan en el conjunto de Las Rocosas. Gary Kubiak ha decidido retirarse después de los problemas de salud que le acompañaban desde hace un tiempo, y para ocupar la vacante dejada por este el elegido ha sido Vance Joseph, el ex coordinador defensivo de Dolphins cuyo crédito para mi estar por comprobar, puesto que su defensa en el equipo de Florida no es que haya estado entre las mejores precisamente, más bien al contrario.

Vance Joseph durante su presentación, vía The Denver Post

La llegada de un nuevo sheriff especializado en la unidad defensiva a supuesto también la salida del para mí gran baluarte del éxito cosechado estas últimas campañas, Wade Phillips. De esta forma Joseph hereda una defensa que me genera más dudas que ilusión, y no porque haya cambiado mucho en los dos últimos años, pero sí  ha perdido las piezas suficientes como para colocarle una serie de interrogantes que pronto empezarán a tener respuesta.

Las dudas comienzan ya en la misma línea defensiva, en la cual solo Derek Wolfe, al que además están azotando las lesiones, parece otorgar garantías suficientes. Ni un Domata Peko recién llegado pero que ya se encuentra en el ocaso de su carrera, ni Jared Crick, parecen ser los compañeros ideales del defensive end. Por ahí se puede rescatar la segunda elección del último draft, DeMarcus Walker, un jugador muy potente pero poco explosivo, que además en este momento está asignado como outside linebacker, algo muy difícil de comprender si atendemos a sus características.

Incluso esta decisión es más difícil de entender si tenemos en cuenta que justamente esta posición parece ser la mejor cubierta en el front seven. El timón del equipo y estrella de liga, Von Miller, volverá a quarterbacks rivales un año más, y en el otro lado le acompañará Shane Ray, primera ronda de 2015, que tendrá su verdadera oportunidad una vez retirado DeMarcus Ware. Además Saquil Barret estará preparado ante cualquier contratiempo. Cierto es que ambos jugadores están actualmente en el dique seco por sendas lesiones, pero el cuerpo técnico espera que se reincorporen a la disciplina antes del kickoff inicial.

Von Miller celebrando, vía CBS Sports

Por desgracia esta unidad tiene deficiencias muy importantes en el centro, que sumadas a las ya citadas en la DL hacen que el trabajo en parar la carrera rival sea el punto más débil de toda la defensiva, como bien quedó demostrado durante la temporada pasada. Brandon Marshall está muy solo, tiene ya una edad importante y una eventual lesión suya convertiría la posición de inside linebacker en un auténtico desierto.

La buena noticia para la defensa es que volverá a contar con la secundaria más completa de la competición y seguramente, la mejor de todas. Aquí sí que acumulan calidad por raudales y no debería quedar nadie que se rinda a las exquisiteces que nos regalan domingo tras domingo los Chris Harris, Aquib Talib, TJ Ward, Darian Stewart y Bradley Roby, a los que además se suma el rookie Brendan Langley, quien tendrá unos profesores de auténtico lujo de los que aprender.

En cualquiera de los casos y más allá de la ausencia de jugadores que terminen por afianzar la defensa, el que más miedo me transmite es Vance Joseph. Por supuesto que le daré una oportunidad, faltaría más, como entrenador novato que es se la merece, pero desde el principio no entendí la decisión de Elway a la hora de contratarle como entrenador principal e incluso la critique, por lo que ahora no voy a recular y decir que mi confianza en él ha aflorado de la noche a la mañana.

En el ataque las cosas no es que anden mucho mejor y en la posición más importante hay un verdadero vía crucis. El dilema sobre quién debe ser el quarterback titular lleva persiguiendo al equipo incluso desde la última temporada de Peyton Manning y el mayor problema es que ninguno de los dos candidatos parecen ser una digna solución. Tanto Trevor Siemian como Paxton Lynch generan un mar de dudas y la no confirmación rotunda de uno de ellos en el puesto lo único que transmite es que en la franquicia la confianza en ellos es mínima.

Sanders y Thomas durante un encuentro, vía BR

Siemian se postula a iniciar la temporada como QB1, pero no tiene ni mucho menos el puesto garantizado, y debemos recordar que Lynch fue el primer pick de Elway en el draft de 2016, subiendo incluso varias posiciones para poder seleccionarlo. Por ello, tarde o temprano debe tener su reválida, ya que sino el movimiento, el cual ya está muy en entredicho, sería catalogado como de completo desastre.

El que termine haciéndose con el puesto tendrá bastante ayuda, ya que el supporting cast de Denver ya lo quisieran tener muchos otros equipos que sí cuentan con un buen quarterback. El punto más fuerte es sin duda el cuerpo de receptores, donde siguen Demaryius Thomas y Emmanuel Sanders. Los dos están un poco olvidados en los rankings de grandes wide receivers, pero esto se debe única y exclusivamente a que no han tenido alguien fiable que les lance el ovoide desde 2014, última temporada en la que Manning rindió a un gran nivel. Este año además estarán acompañados por Carlos Henderson, selección de tercera ronda y que ayudará a evitar dobles marcajes a Thomas y Sanders, o por lo menos a uno de los dos.

C.J. Anderson regresa de la lesión que dejó el backfield huérfano en 2016, ya que aunque al principio se generaron grandes expectaciones alrededor de Devontae Booker, estás no terminaron de confirmarse. Anderson tiene el desafío de demostrar al equipo que no se equivocó con la renovación que le ofreció hace un año. Estará acompañado por el gran Jamaal Charles, aunque personalmente creo que su aporte será más bien testimonial después de pasar sus dos últimas temporadas con los Chiefs más fuera que dentro debido a problemas físicos.

Jake Butt jugando para los Wolverines, vía CBS Sports

En cuanto a la línea ofensiva, otra de las unidades que más defraudaron en 2016, ha visto como la gerencia la reforzaba considerablemente y por tanto se espera que esta vez sí este a la altura. Las llegadas de Ronald Leary desde Dallas, para ocupar el right guard, y de Garett Bolles, elección de primera ronda para hacerse cargo del left tackle, transmiten una tranquilidad que no existía. Van a ayudar sobre todo a afianzar el juego de carrera pero la protección en el pase se ve también claramente mejorada.

No quiero cerrar el análisis del ataque sin mencionar a jugador por el que siento cierta predilección. Se trata de Jake Butt, un tight end rookie que cayó hasta quinta ronda por culpa de una terrible lesión de rodilla en el que era su última partido en el college football. El ex de la Universidad de Michigan tiene el suficiente talento como para haber salido en una segunda ronda y si se recupera bien puede ser el ala cerrada que llevan buscando desde la salida de Julius Thomas.

Después de varios años en los que Denver partía como uno de los favoritos de la Conferencia Americana y prácticamente como casi el único rival que le podía hacer frente a los todopoderosos Patriots, el 2017 se presenta para ellos con más nubarrones que claros. No obstante, si Joseph logra que su defensa cierre las carreras rivales, la defensa en su conjunto volverá a ser élite, y ya hemos visto lo que son capaces de hacer, por lo que nadie debería perderles de vista, aunque sea con el rabillo del ojo.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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