A partir de hoy comenzaré con notas analizando las distintas divisiones de la liga, las principales dudas de cada equipo, comentarios sobre la temporada baja, entre otros. No incluirán pronósticos de la temporada regular. Antes de partir, quería destacar el contrato que tuvo Andrew Luck con los Colts que batió todos los records de monto total, garantizado, sueldo anual promedio, cualquiera que se les ocurra. Si bien lo encuentro merecido y justo, el talento de Luck lo ha llevado a evitar muchas críticas en los años. Tiene mucho que mejorar en cuanto a leer defensivas y sobre todo a evitar intercepciones. El año pasado su nivel, antes de las lesiones, estuvo lejos del contrato que acaba de ganar. Me alegro por él, porque es un jugador con mucha clase, competitivo y bajo perfil.

Eso nos lleva a preguntar qué pasa en Denver con Von Miller. Los Colts claramente consideraban a Luck su mejor jugador y le pagaron como tal. Nadie puede decir que los Broncos tienen a un jugador mejor que el MVP del último Super Bowl, pero aun así no le pagan todavía. Por mientras la fecha límite está cada vez más cerca, 15 de Julio, y no hay nada todavía. Veremos cómo termina todo eso, seguramente será con Von Miller millonario.

Volviendo al tema principal. comenzaré con una de las divisiones más inciertas, a mi gusto, por el nivel parejo de los equipos y jugadores adquiridos en agencia libre o el draft: la NFC Este. A todos estos equipos les tocará jugar contra todos los equipos de la NFC Norte y la AFC Norte, quienes aportaron con dos equipos cada una en playoffs.

Dallas Cowboys

La lesión de sus dos principales jugadores. Tony Romo y Dez Bryant, y falta de un plan B en el puesto de QB terminaron colapsando al equipo en la temporada anterior. Belichik recluto a Garoppolo hace dos años, los Broncos a Osweiller cuando estaba Peyton Manning por ejemplo. Los Texans jugaron con cuatro mariscales el año pasado y llegaron a los playoffs, aun cuando sea ganando la AFC Sur. En el caso de Dallas, no había uno y terminaron como el cuarto peor equipo de la liga. En muchos casos no parecían ni siquiera un equipo competitivo. Pese a la falta de un mariscal que provocara respeto en las defensivas contrarias, el juego terrestre funcionó detrás de la mejor línea ofensiva de la liga. La defensiva si bien no jugó mal, no tenía el talento para levantar al equipo solo. Encuentro positivo que ya no esté Greg Hardy, quien fue una distracción todo el año y un problema en el vestidor. Además, no encuentro que un jugador que esté arrepentido de los actos graves que cometió debería estar jugando.

La gran contratación de los Cowboys vino a través del draft en el corredor de primera ronda Ezekiell Elliott. Hace dos temporadas, impulsados por un juego terrestre imparable con Demarco Murray y una defensiva oportunista, Dallas fue quizás el mejor equipo de la NFC por momentos. Perdieron en un apretado y controvertido partido con Green Bay de visita y en la temporada regular ya le había ganado a Seattle de visita.

¿Por qué fue tan importante Murray para ese equipo y qué tiene que ver Elliott? Ese año los Cowboys fueron una máquina manejando el reloj y el partido. Logrando series largas, con muchas primeras oportunidades y con puntos, limitaban lo que podía hacer el equipo contrario a la ofensiva. Para que hablar de la defensiva que le tocaba contra los Cowboys, terminaban agotados por estar tanto tiempo en la cancha y ser arrollados una y otra vez por una línea ofensiva espectacular.

Esto tenía un efecto en cadena porque al limitar lo que podía hacer la ofensiva contraria permitía a la defensiva de Dallas simplificar su juego y aprovechar las oportunidades de un mariscal que lanzaba más de la cuenta para alcanzar a rendir en el poco tiempo que tenía disponible para ejecutar su ofensiva. Eso sumado a un coordinador inteligente y motivador permitieron que rindieran de forma superior a la esperada antes de iniciada la temporada. No solo eso, Tony Romo, que ha tenido varias lesiones en la espalda, tuvo su mejor temporada como profesional. La amenaza de Murray por tierra abría espacios a los receptores y no obligaba al mariscal a un tiroteo en todos los partidos como había sido en años anteriores. Parece difícil de creerlo, pero definitivamente ese juego terrestre demoledor hacía a todo el equipo mejor. Como si fuera poco, Elliott tiene mejores aptitudes como receptor que Murray. Esto podría ser una amenaza doble importante para que los Cowboys la exploten.

Obviamente, no todo es tan positivo. En primer lugar, Elliott nunca ha tocado la pelota en un partido oficial todavía. Está por verse si es capaz de aguantar el castigo y la exigencia del juego profesional. Segundo, tanto Romo como Dez Bryant vienen de lesiones que terminaron en operaciones. Deberían estar bien, pero solo lo sabremos cuando los veamos en un partido de verdad. La gran preocupación es a la defensiva. Sus dos principales caza mariscales están suspendidos los primeros cuatro partidos y no hay con quien reemplazarlos por ahora. Rolando Mclain fue suspendido nuevamente diez partidos, algo que pareciera que ocurre todos los años a esta altura, Sean Lee viene de una lesión y, por último, no se puede ignorar que tampoco es la unidad más talentosa de la liga para suplir con otros jugadores. Lejos de eso, de hecho. El punto positivo es la vuelta de Orlando Scandrick quién se perdió toda la temporada pasada por una rotura de ligamento. El calendario tampoco ayuda a ningún equipo de la división, por cierto. Me causó gran duda la selección de Jaylon Smith en el draft. Viene de una lesión seria y casi seguro no jugará este año. Los Cowboys tienen que ganar ahora mientras esté Romo. Además, estaba disponible Myles Jack que tenía un talento evidente, en una posición de necesidad y con menor incertidumbre sobre la lesión.

En una división abierta y pareja, la recuperación de las lesiones (junto con la ausencia de ellas en jugadores importantes) puede llevar a Dallas de último a primero en su división si recuperan su identidad, Eliott cumple lo que promete y la defensiva aporta con lo justo y necesario.

 

Philadelphia Eagles

Este fue una de las franquicias que tuvo una reconstrucción masiva en todo sentido. Después de ser catalogado como un genio e innovador, Chip Kelly fue despedido antes de que terminara la temporada. No solo eso, los agentes libres que había llevado con bombos y platillos ya no se encuentran en el equipo. Byron Maxwell se fue junto a Kiko Alonso a los Dolphins solo para subir 5 selecciones en el draft y deshacerse de los contratos de jugadores sobre pagados, especialmente en el caso del esquinero. Demarco Murray se fue a los Titans, un año después de que le dieran un contrato millonario.

Para arreglar todo el caos, llegó Doug Pederson de Kansas City en su primera experiencia como entrenador en jefe. Ciertamente no es la situación ideal, porque arreglar el equipo va a llevar tiempo y paciencia. Algo que no existe en la ciudad de Philadelphia. Sin embargo, ya tuvieron una de las movidas más importantes en impacto, mediático al menos, en la temporada baja al canjear un botín de selecciones del draft para reclutar al mariscal del futuro en Carson Wentz.

Acá es donde me pierdo un poco. El equipo recontrató a Sam Bradford por 18 millones de dólares anuales y trajo a Chase Daniel de su equipo anterior como suplente, con un sueldo decente para ser reserva. Esto llevó a pensar que Daniel iba a tener la oportunidad de competir con Bradford. Todo eso cambió cuando reclutaron a Wentz, lo que llevó a una polémica con Bradford que pensó en retirarse y exigió ser canjeado. Ninguna de las dos opciones ocurrió finalmente. No ahondaré más de lo que lo hice en una nota anterior sobre el conflicto de Bradford, pero en principio parece ser el titular en la semana 1. No solo eso, al parecer Wentz sería guardado al menos un año para que se desarrolle antes de ser el titular definitivo.

Es cierto que Bradford fue contratado de nuevo antes de que ocurriera lo de Wentz, pero me queda la duda cuanto se podrá desarrollar el mariscal novato detrás o junto a otros dos mariscales. Para peor, la plata garantizada de Bradford lo puede mantener sus dos años de contrato en Philadelphia. No culpo a la directiva de Philadelphia por el canje con los Browns tampoco. La posición de QB es la más importante y si crees que un jugador puede ser la cara de tu franquicia por 10-15 años, ¿por qué no ir por él?

Mi pregunta es qué ocurrirá si Bradford colapsa con la presión y Pederson se ve obligado a meter a Wentz. La presión por ver los dividendos del canje será altísima y los fanáticos de Philadelphia lo harán saber en cada pase incompleto del actual titular del equipo. Desconozco cuanto podrá aguantar el entrenador de primer año hasta ceder ante la presión. Bradford tampoco ha tenido en su carrera un mariscal reserva que le preocupe, por lo que tendrá que manejar esa situación por primera vez en su carrera.

Todo esto puede afectar tanto la confianza de Bradford como la curva de desarrollo de Wentz, es una situación donde todos pueden salir perdiendo.

A la defensiva, tomaron una decisión muy inteligente al pagarle un contrato millonario a Fletcher Cox. Él debe ser uno de los jugadores defensivos más dominantes de la liga y así lo veía la franquicia también. Si bien perdió dos jugadores defensivos en canje con los Dolphins, no lo veo tan complicado por ese lado. El retiro de Walter Thurmond fue una decepción después de su última temporada, pero Rodney McLeod es un safety más que competente y le dará mucha energía a esta defensiva.

Uno de los problemas de Philadelphia es la falta de talento en la posición de receptor. Jordan Matthews decepcionó en su segundo año y lo moverán de vuelta al “slot” donde causa más daño. Agholor fue reclutado en la primera ronda el año pasado y no cumplió ni de cerca las expectativas que tenían para él. Randle viene de los Giants y podría ser una adición importante jugando por afuera. Fue un jugador productivo cuando estuvo en Nueva York jugando como receptor dos o tres. Tengo mis dudas sobre la posición de corredor. Ryan Matthews tiene un talento inmenso, pero no puede mantenerse alejado de las lesiones. Fuera de eso, la línea ofensiva es bastante sólida y las alas cerradas son talentosos. A la defensiva, hay poca profundidad y calidad en la posición de esquinero. Ese fue uno de los puntos débiles el año pasado y no se remediaron en la temporada baja, en principio.

Aun cuando el resumen puede sonar pesimista, no se puede olvidar que el año pasado los Eagles ganaron siete partidos en una temporada donde casi todo salió mal. Talento hay, pero está por verse como manejará la situación del mariscal un entrenador de primer año.

 

 

New York Giants

            Este fue uno de los casos que más me dieron para pensar en la temporada baja. Después de varios años al frente de los Giants y con dos Super Bowl ganados, se acabó la era de Tom Coughlin en Nueva York. Si bien ganó merecidamente esos títulos, se le criticó siempre la falta de consistencias y alguna que otra decisión cuestionable. Fuera de esos dos años, no pudo ganar un partido en playoffs en otra oportunidad. En 12 años como entrenador de esta franquicia, clasificó solamente 5 a la post temporada.

¿Por qué, entonces, da para pensar la salida de Coughlin? Primero que todo, fue una situación muy injusta para un entrenador que probablemente estará en el Salón de la Fama en un futuro no muy lejano. Tradicionalmente, los entrenadores con los méritos de Coughlin tienen más créditos de los que le dieron. Al ver el nivel de la plantilla de los Giants el año pasado, ¿Cuántos entrenadores habrían sacado 7 partidos ganados a ese equipo? Pese a que perdió partidos de forma increíble, como en la semana 1 contra Dallas, los tuvo siempre motivados y compitiendo.

Lo segundo que dio para pensar es que Jerry Reese siga con la franquicia. El GM de los Giants, después de todo, es el gran culpable de la falta de talento en el equipo, especialmente a la defensiva. Coughlin trabajaba con lo que tenía a mano solamente. Pese a haber reclutado a jugadores importantes de la franquicia, sus aciertos en el draft han sido escasos por ser generoso. La defensiva el año pasado fue desastrosa, pero Spagnulo se mantuvo en su puesto como coordinador defensivo. Creo que fue una buena decisión mantener a McAdoo y subirlo a entrenador en jefe, ya que la ofensiva ciertamente no fue el problema de los Giants en la temporada pasado. Aun cuando el nuevo entrenador no está exento de críticas en decisiones claves. Luego, para rematar, Jerry Reese gastó como nunca en su vida contratando a O. Vernon, Damon Harrison, Janoris Jenkins y reteniendo a Jason Pierre Paul. Quizás que habría hecho Tom Coughlin con todos esos nombres.

Todo lo anterior me lleva a pensar, ¿fue Coughlin el chivo expiatorio de los Giants? Porque claramente no era el único culpable, pero fue el único que salió. Independiente de lo que haya pasado, McAdoo tiene una vara muy alta en su debut como entrenador en jefe.

En cuanto al equipo en sí, la posición de receptor y ala cerrada no parece muy alentadora. Si, está Odell Beckham quien parece posible de cualquier cosa después de verlo jugar dos años. ¿Aparte de él? Victor Cruz quien no ha jugado casi dos años y no hay mucho más. Sterling Shepard está ganando terreno en las actividades previas al campo de entrenamiento, pero obviamente hay que verlo jugar primero. La posición de corredor sigue en lo mismo que hace años, ósea en nada mucho. No hay nadie capaz de aguantar la carga o que inspire demasiado respeto para la defensiva contraria. La línea ofensiva sigue siendo promedio y tendrán problemas, al ver su calendario, para proteger a Manning y correr efectivamente.

En cuanto a la defensiva, la línea defensiva quedará cargada con JPP, Vernon y Harrison. Vale la pena recordar que el primero mencionado anteriormente perdió unos dedos justamente hace un año en incidentes con fuegos artificiales. Llegó tarde a entrenar y no pareció mostrar su forma habitual. Ahora tendrá un año más para prepararse, pero sin duda será un desafío ante una limitación que afecta al más alto nivel.

La parte débil sigue siendo los linebackers, donde no hay nadie que ayude en cobertura o deteniendo el ataque terrestre. Los profundos tampoco son una fortaleza, por no decir que dejan que desear. Por el lado bueno, al igual que la línea defensiva, los esquineros pueden ser uno de los mejores grupos de la liga con J. Jenkins, Rodgers Cromartie y, si cumple las expectativas, Eli Apple.

Todo indicaría que los Giants deberían ganar más partidos que el año pasado, pero no será sencillo. Primero que todo, el cambio de entrenador implica que los jugadores deberán adaptarse a un régimen que todavía no está probado. Segundo, no es fácil mezclar tantas estrellas en un equipo. Apartando el tema de personalidades y su relación o impacto en el camarín, no es llegar y mezclarlas en un esquema desconocido para la mayoría. Con Tom Coughlin, pasaba mucho que partían lento y ponían su temporada cuesta arriba. Jerry Reese está en una temporada donde se juega su trabajo, por lo que más le vale que rindan a la hora de la verdad.

 

Washington Redskins

            La temporada pasada marcó el final e inicio de una era en Washington. Finalmente se fue el que se pensó una vez en el salvador de la franquicia, Robert Griffin III, y ahora Kirk Cousins es la nueva cara del equipo.

En ese sentido, el manejo de la situación de mariscales el año pasado fue genial por parte de Jay Gruden que podría haber hipotecado su futuro con esa movida. El problema en otros partidos con Cousins fue la falta de confianza y la poca fortaleza mental. Creo que en ambos aspectos saltó de forma gigantesca de un año a otro, aun cuando queda mucho por mejorar. El equipo, pese a no llegar a un acuerdo de largo plazo con el mariscal, está invirtiendo fuerte en, quien creen, es la cara de la franquicia. Además de tener a Desean Jackson y a Garcon, tomaron un receptor en la primera ronda (pudiendo atender otras necesidades) además de amarrar a largo plazo a Jordan Reed.

Pese a eso, los Redskins no le pagaron lo que quería en un contrato de varios años. Después de todo, Washington no le ganó a ningún equipo con registro ganador. Además, Cousins se vio mal en los partidos que jugaron contra equipos de mayor categoría. Sin duda fue uno de los mejores mariscales que cerró la temporada, pero creo que la directiva prefiere esperar un año para revaluar el precio del nuevo mariscal.

Este año el calendario será muy diferente al del año anterior y eso puede bajar el número de partidos ganados en 3 o 4 quizás. Eso sin considerar lo que se fortalecieron los Giants y la recuperación de lesiones en Dallas. Parte la temporada contra Pittsburgh, un favorito a ir al Super Bowl, tiene visitas a Baltimore y Cincinnati, recibe en semanas seguidas a Minnesota y Green Bay, además de tener que jugar en Arizona y contra Carolina. Espero que Cousins esté a la altura y gane lo que se merece, pero un colapso en este año podría poner bien interesante la temporada baja siguiente.

No fue esta la movida de mayor impacto, sino que la contratación de Josh Norman de los Panthers. De forma increíble, pese a tener la etiqueta de jugador franquicia, Gettleman renunció a firmarla y Norman fue a la agencia libre. Los rumores dicen que el GM de Carolina no quería pagarle lo que él pedía y se ahorró la molestia de un año negociando un contrato complejo. Además, la filosofía del ejecutivo es armar desde las trincheras.

Hay personas, me incluyo, que son escépticas del impacto de Norman en un sistema distinto. Washington no tiene ni cerca la capacidad de presionar al mariscal que tiene el campeón defensor de su conferencia. Tienen muchos jugadores que pueden llegar de distintas formas al backfield contrario. Además de que no contará con el mejor dúo de linebackers en Luke Kuechly y Thomas Davis. Para mí, Norman fue uno de los mejores defensivos la temporada pasada, pero tiene que probar su efectividad en una nueva defensiva. Barato no salió firmarlo, por lo que las expectativas son altísimas.

En cuanto al resto del equipo, en la posición de corredor hay poca profundidad. Matt Jones tiene muchos problemas soltando la pelota y no tendrá el complemento de Alfred Morris en esta ocasión. La posición de receptor tiene opciones múltiples, por lo que todo dependerá de Cousins. La temporada pasada la línea ofensiva jugó muy sobre lo esperado. Si tanto ellos como Cousins cumplen, esta ofensiva puede ser peligrosa.

A la defensiva, la posición de esquinero es de las más sólidas junto a los linebackers externos. Norman y Hall van a ser una dupla, en teoría, difícil de vencer. Por el otro lado, Kerrigan y Gallette pueden ser una fortaleza sin ser espectaculares. El segundo vino de los Saints con muchos problemas en el vestidor y el año pasado se lesionó tempranamente, por lo que veremos cómo se adapta. La línea defensiva y los linebackers internos están lejos de llamar la atención de cualquiera.

En fin, una temporada baja con noticias grandes y expectativas aún mayores para lo que viene. El calendario no ayudará a repetir el título de división y Cousins será estudiado en cada pase para ver si vale lo que pide. Al menos merece el beneficio de la duda después de lo hecho el año anterior.

 

 

 

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